martes, 5 de febrero de 2013

Y CON ÉL LLEGÓ EL ESCÁNDALO.EUROVEGAS

Decía Schopenhauer que quien no sirve para otra cosa se dedica a la política.
Sabido es que el filósofo no era la alegría de la huerta,y que los tiempos que vivió no eran precisamente los mejores para levantar el ánimo.
Dicho esto,y a fuer de resultar pesada,insisto en un hecho,en la Comunidad de Madrid,un equipo de gobierno da la razón al filósofo.Es difícil puntuar tal cúmulo de despropósitos,proyectos vergonzantes y mentiras a tutiplen.
Menos mal que a estos se les ve venir,lo que facilita la tarea de analizar hechos y razones.
Seré breve,o al menos lo intentaré.
De las muchas sandeces y mentiras citadas de un tiempo a esta parte para justificar lo de Eurovegas,la más infame es la justificación de que con este proyecto se crearán muchos puestos de trabajo.Poner la miel en los labios del necesitado para después dársela a otros.

El tal Casino y el indecente dueño del emporio,no van a dejar dinero y trabajo en España.
Su dinero circula a través de sus negocios en todo el mundo,tema muy bien explicado en documentales acerca de la explotación del juego.¿Empleo?Poco,es necesario traer a profesionales de amplia experiencia para poner en marcha un macronegocio como este,y lo normal es que vengan de sus otros casinos en el mundo ,y del ámbito,muy concreto, de la explotación de tapetes y maquinas tragaperras.
Esto significa que será muy difícil que  los puestos de trabajo directivos sean ejercidos por españoles,no es nuestra especialidad.Con esto,lo normal será el acceso al sector servicios,algo en lo que si somos expertos.
Las cifras de puestos de trabajo que se han dado ocupan un arco tan amplio que ni las cito,en las hemerotecas figuran. Se puede afirmar que el susodicho no da trabajo en la totalidad de sus propiedades a todos los que se dice tendrán una plaza aquí.
Los negocios del tal son tan cuestionables como todos los de aquellos que se mueven en este sector.Es decir,muy cuestionables.
Algunos nos cuelgan el sanbenito a los que nos oponemos al proyecto.
Aclaro.
La inmoralidad de estos negocios es tan evidente que no entro en la explicación.
¿Qué ya existe aquí este tipo de basura?Pues si,desde hace años,es inevitable.Pero que esto signifique convertir a España, bastante machacada por la crisis, en un país bananero,al que llega esta gentuza tratando a su gente y a su gobierno como esclavos de librea,pues no,rotundamente no.
España,los españoles necesitamos trabajo,sueldos decentes,pero no el trabajo que genera el vicio,el hampa y lo peor de la sociedad.
Dicen que habrá que cambiar las leyes en lo referido a beneficios fiscales,IBI,cesión de suelo,permiso para fumar en los locales¿¿¿acceso de menores???,recuperación de pérdidas en las mesa de juego,y un extenso etc...Ni el gánster que fundó Las Vegas,el notorio Bussby,obtuvo tantos y tan buenos réditos para su negocio en mitad del desierto.
Lo que se mueve alrededor de este tipo de explotación ,mejor dicho,macroexplotación,es droga,prostitución,blanqueo de dinero¿¿¿explotación de menores???Todo asociado a fauna de muy variado pelaje relacionada con la hez de la sociedad.
Vamos,que habrá que irse de la zona si se quiere tener una mínima seguridad ciudadana.
Por lo tanto,puestos de trabajo,pocos,inseguridad social,mucha,rendimiento a largo plazo,escaso.Derivas asociadas a la falta de clientes,quiebra y demás,múltiples.
A menos que vengan de fuera,los españoles no generamos tanta clientela en este terreno,y este es un negocio muy volátil. Pregunten a los expertos.

El tal Adelson,exige,además,contribución del gobierno para co-financiar el engendro,es decir,pagamos todos.
Condiciona el proyecto a  la obtención de este apartado.
La pregunta es ¿¿¿Quién ha propuesto esto???¿¿¿¿Qué piensan obtener en la trastienda??Porque aquí nada es inocente,hablamos de basura pura y dura,y esta,amén de apestar,solo trae sabandijas.
Y a todas estas¿Donde esta la iglesia para poner el grito en el cielo ante la potencial corrupción de almas y cuerpos? 
O PASA COMO EN TANTAS OCASIONES,SEGÚN QUÉ Y PARA QUÉ NI ESTA NI SE LA ESPERA. 


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