Llevo todo el día caminando,intentando digerir el estallido de lo ya sabido,pero no por ello menos grave.
Supongo que por el tono empleado en el análisis, no era necesario tener mucha imaginación para deducir los hechos.
Esta inmundicia es la que indigna,esta apestosa cesta de fruta podrida es la que llena de gusanos a la que esta sana.
No podemos ni debemos permitir tanta canallada,tanto cinismo. Lacospe,con su cara de cemento armado, tiene todavía el descaro de amenazar,en la mejor tradición chulesca propia de determinados individuos.
Hoy es necesario reflexionar,sin prisa,pero sin pausa.
Lo dicho,que esa fruta podrida no contagie a la inmensa cantidad de fruta sana que,afortunadamente,es la mayoría.
Esa mayoría somos todos los que nos indignamos desde hace años,los que pedimos justicia y equidad.
Sensibilidad y saber hacer.
Amigos,a galopar....
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