No es bueno para nadie mucho de lo que actualmente se vierte en los medios de comunicación,escritos y visuales.
Diríase que un efecto perverso recorre el mundo.
El efecto es el del enfrentamiento y desconocimiento real de hechos y situaciones.
No es bueno que se diga en un informativo que en Mali se aplica la ley islámica,haciendo extensivo el fundamentalismo que allí se intenta aplicar a todas las interpretaciones de dicha ley.
Tampoco es bueno que se generalice respecto al judaísmo,como si todos los habitantes de Israel fuesen colonos ultraortodoxos.
Es pernicioso hacer extensivo a todo el cristianismo el fanatismo de algunos sectores,tal cual es el del catolicismo más apolillado.
He comenzado por el hecho religioso,porque es evidente que sigue impregnando el tejido social mundial.
Y en esto se incluye también a la mayoría de las restantes religiones que en el mundo se practican.
No es bueno que Occidente,en una demostración más de su ceguera política,no este utilizando los mismos sistemas político-sociales que tan buen resultado comienza a darle a Estados Unidos,con todos los condicionantes,pero sin lugar a dudas,buenos resultados.
No es bueno para nadie que Europa siga apegada a las viejas estructuras del capitalismo salvaje,ahora llamado neocom.Es la muerte segura,a medio plazo.
No es bueno para nadie que no se transmita continuamente la interdependencia social y económica que rige ambas orillas del mundo mediterráneo,con todo lo que esto supone.
No es bueno para nadie que los grandes grupos económicos,sigan espoleando el odio como instrumento de trabajo sin ver,atender y reconocer que genera mucha más riqueza la justicia que el abuso.
No es bueno para nadie que el afán desmedido de riqueza y estúpida ostentación,este llevando a la muerte diariamente a tantos inocentes,víctimas indirectas de un consumismo salvaje.
No es bueno para nadie la destrucción masiva de bienes y potencialidades del medio ambiente,en función,también,de esos imbéciles,que le dan más importancia al modelito de pasarela de hoy, que al precio que se paga por hacerlo.A los árboles que se talan para construir nuevos entornos,en vez de hacer una reutilización inteligente de lo ya existente.
El mundo es ancho y ajeno,pero no hasta el punto de impedir que cuando una mariposa aletea en el Pacífico se produzca un vendaval en el Atlántico.
Tendríamos que escribir un nuevo acuerdo global para el mundo que ya esta aquí.
Un pacto vital.
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