viernes, 13 de marzo de 2015

DE SERES HUMANOS,GRANDES Y PEQUEÑOS

Ignoro si por imbecilidad extrema o por pérdida total del Norte,lo cierto es que el abuso hacia los más indefensos,ese abuso sistemático desde la noche de los tiempos,cobra especial protagonismo en un tiempo en el que la imagen es el medio por excelencia.
Todos nos hemos horrorizado a la vista de los niños esclavos,los niños soldados,los niños asesinos.
Olvidamos con demasiada frecuencia que el niño es el embrión del adulto,que imita las formas y actuaciones de sus mayores,las buenas y las malas.
Somos el producto de unos genes y el factor medioambiental,educación,entorno,medios económicos.
De esta mezcla salimos todos,no es extraño pues que la violencia sea contestada con violencia,que la crueldad en todas sus formas sea el germen de los modos infantiles de aquellos que en próximas fechas van a condicionar el mundo.
La devastación humana,cultural,ha existido siempre,esclavitud,arrasamiento de ciudades vencidas,expolio sistemático.
La diferencia es que ahora la visibilidad es inmediata,la expansión de la noticia,también.
Para los que crecimos sin más fronteras que las de la diversidad cultural,algo salvable,dialogable,esta es la gran tragedia de nuestro tiempo,la tragedia de siempre a la que se suma el espectáculo en directo.
Valores,lo que se dice valores morales hay pocos que hayan perdurado a lo largo del tiempo,leyes,modas,medios de avance humano,todos han ido derivando por nuevos caminos que unas veces conducen a progreso humano y otras al horror más total.
El ser humano tiene pocos intereses permanentes,comer,dormir,reproducirse y lo que llamo el hecho religioso,ese sentido de lo inmanente que esta muy imbricado en nuestra conciencia desde el origen.
Todo esto tiene múltiples derivas.Diría que estamos todavía en una fase muy temprana del avance civilizatorio.
La desigualdad cada vez más aguda  entre el mundo rico y el mundo pobre es abismal.
Y lo dicho anteriormente,unos y otros nos vemos al unísono.
Lo que esto supone en el día a día es tremendo,y lleva o bien a la indiferencia ante el crimen o bien a la implicación solidaria ante la tragedia ajena.
Una y otra pueden ser terribles,la primera por la degeneración ética que supone,la segunda,por la impotencia que genera no poder solucionarlo  en tiempo real.
El primer niño al que vi en los medios,los niños soldado,matar y exhibir trofeos humanos me espantó,no solamente por el hecho en si,también porque a la pregunta de donde queda su espíritu ante esta barbarie,secillamente,no tengo respuesta.
Su espíritu  se ha perdido,el recuperarlo es casi imposible,con gran esfuerzo y reeducación algo se consigue,pero nadie les va a devolver a la infancia ignorante y feliz en la que muchos tuvimos el privilegio de crecer,con otras tragedias,pero con afecto y valores.
Impotencia es la palabra nefasta que te viene a la cabeza,palabra horrible donde las haya.
Los bestias del momento van destruyendo ciudades que son el origen de la civilización,unos más,tan brutales como otros,y otros llegarán después y así hasta el fin de los tiempos.Así será mientras no tomemos conciencia no solamente de nuestra interdependencia, sino también de que los parámetros vitales actuales están enfermos de muerte.
Es absolutamente necesario crear una nueva sociedad,con límites distintos a los actuales.
Esto ya no sirve en ningún sentido.
Antes de llegar a la cita ineludible de nuestra finitud hemos de cambiar la medida bárbara y reduccionista que nos ha llevado a este hoy.
Esto,o el diluvio.

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