En el cuaderno de bitácora se anotan las incidencias del viaje,de esta forma se conserva la memoria de los hechos,para que el tiempo y los azares de la vida no nos llamen a engaño.
Todavía en la lejanía se otea el perfil de las islas,las Canarias.
Cuando vuelvo sé que será para partir pronto,es como una relación de amor a distancia.
Me duelen la islas como el sueño de algo imposible,belleza,armonía,prosperidad y paz,lo dicho,algo imposible.
Parte de mi familia vivió durante generaciones en Güimar,el Volcán de Güimar,vivíamos sobre la caldera de un volcán,y ya se sabe que en estas islas los volcanes están vivos o adormecidos,pero no apagados.
Quiero pensar que el estoicismo propio del canario viene de ahí,de la certeza de la precariedad.
Cuando vemos como insiste la redomada imbecilidad y ambición de los que proponen hacer prospecciones para buscar gas y petróleo,recuerdo los sabios consejos de aquellos que aún sin nuestros medios,tenían claro que no hay que despertar a un volcán dormido,y menos aún si es un gran volcán.
Los que llevan adelante este proyecto no pueden ignorar el riesgo que supone para las islas y sus habitantes,pero en este tipo de contrato siempre hay un apartado de los bien llamados daños colaterales que,en este caso, deben de incluir catástrofe natural,muerte y accidente,pérdida de medios de vida y desertización en función de alteraciones medioambientales.
Bien es verdad que cuando los promotores se meten en estas labores,o bien son lo ya dicho,además de desalmados,o su voracidad ha engullido el sentido común.
Hablamos de una población numerosa,con un índice de paro alto,gran dependencia del sector servicios y una sobreexplotación desmedida del medio natural.
Si este gobierno,si cualquier gobierno desea hacer algo en las islas, que comience por el principio,saneamiento,derribo de excesos urbanísticos,conservación flora y fauna,optimización de recursos.
Las islas poseen una belleza y un clima excepcionales,medios sobrados para fomentar un flujo humano de calidad,especialistas,científicos,estudiantes,personas en busca de paz y medios alternativos de vacación.
César Manrique lo supo desde hace muchos años,él vió lo que se escondía bajo la tierra,su potencialidad.De haberse seguido por ese camino hoy las islas serían una mezcla de reserva de la biosfera y paraíso.
Y no lo olvidemos,esto también da dinero,fomenta la cultura y la educación ecológica,proporciona puestos de trabajo y supone un incremento de la calidad sobre la cantidad.
Hoy,con barbaridades como las de Fuerteventura,por poner un caso evidente de caciquismo trufado de corrupción,lo tenemos más difícil,pero no imposible,no se podrá volar por los aires tanta tropelía del ladrillo,el que blanquea y el otro,pero si es posible aminorar los efectos,frenar los futuros y,en cierta forma,maquillar el paisaje en sus desastres más evidentes.
Tenemos que sentirnos orgullosos de las islas,no quedarnos mano sobre mano mientras piratas de tres al cuarto desmantelan nuestra cubierta.
No sirven puertos innecesarios sobre santuarios marinos,tampoco vaciado de montañas en interés de unos sinvergüenzas.Tampoco la invasión de nuestros puertos por parte de las mafias de la droga.Ni la gentuza del Norte que se cree superior ignoro en base a qué o quién.
Todo esto pienso mientras me alejo en lontananza,y me doy cuenta de que hoy no podré trazar una línea más de este mapa.
Me duelen las islas,y no lo admito.
Bien es verdad que cuando los promotores se meten en estas labores,o bien son lo ya dicho,además de desalmados,o su voracidad ha engullido el sentido común.
Hablamos de una población numerosa,con un índice de paro alto,gran dependencia del sector servicios y una sobreexplotación desmedida del medio natural.
Si este gobierno,si cualquier gobierno desea hacer algo en las islas, que comience por el principio,saneamiento,derribo de excesos urbanísticos,conservación flora y fauna,optimización de recursos.
Las islas poseen una belleza y un clima excepcionales,medios sobrados para fomentar un flujo humano de calidad,especialistas,científicos,estudiantes,personas en busca de paz y medios alternativos de vacación.
César Manrique lo supo desde hace muchos años,él vió lo que se escondía bajo la tierra,su potencialidad.De haberse seguido por ese camino hoy las islas serían una mezcla de reserva de la biosfera y paraíso.
Y no lo olvidemos,esto también da dinero,fomenta la cultura y la educación ecológica,proporciona puestos de trabajo y supone un incremento de la calidad sobre la cantidad.
Hoy,con barbaridades como las de Fuerteventura,por poner un caso evidente de caciquismo trufado de corrupción,lo tenemos más difícil,pero no imposible,no se podrá volar por los aires tanta tropelía del ladrillo,el que blanquea y el otro,pero si es posible aminorar los efectos,frenar los futuros y,en cierta forma,maquillar el paisaje en sus desastres más evidentes.
Tenemos que sentirnos orgullosos de las islas,no quedarnos mano sobre mano mientras piratas de tres al cuarto desmantelan nuestra cubierta.
No sirven puertos innecesarios sobre santuarios marinos,tampoco vaciado de montañas en interés de unos sinvergüenzas.Tampoco la invasión de nuestros puertos por parte de las mafias de la droga.Ni la gentuza del Norte que se cree superior ignoro en base a qué o quién.
Todo esto pienso mientras me alejo en lontananza,y me doy cuenta de que hoy no podré trazar una línea más de este mapa.
Me duelen las islas,y no lo admito.
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