De los muchos escollos y rocas que pueden acechar bajo la superficie,los más peligrosos,incluso mortales,son los de la corrupción.
La corrupción esta en todas partes,todos participamos de ella,es como lo bello y lo siniestro,para distinguir lo uno necesitamos el contraste de lo otro.En el caso de la corrupción,forma parte del círculo continuo de la vida social.
Todos los medios financieros del mundo atienden a personas honestas mezcladas con los grandes flujos de la corrupción,tráfico de armas,de seres humanos,droga,robos diversos,comisiones ocultas.
En fin, todo el cortejo de los Cuatro Jinetes.
Son tantos y tan variados los caminos de la corrupción que difícilmente podemos deslindarlos de nuestra vida cotidiana.Llegados a este punto pocos caminos nos dejan.El radical sería dinamitar la roca y que se lleve por los aires la inmundicia que oculta,pero en este caso haremos desaparecer también a muchos seres inocentes.
El otro camino es mucho más complejo y difícil de trabajar.Como un restaurador ante una obra de arte pictórico,se ha de trabajar con una espátula minúscula,y milímetro a milímetro ir haciendo saltar del original las adherencias del polvo y la contaminación de años de vida.
El problema de esta alternativa es el peligro de que dada la lentitud de la restauración,a lo largo del proceso,la contaminación avance por otra parte,depositando suciedad en lo antes limpio.Ese es el riesgo,pero merece la pena correrlo.
Somos muchos ya aplicándonos a fondo en esto de la limpieza,lo que nos lleva a trabajar más y mejor que si lo hiciésemos en solitario.
De las múltiples formas que adopta la corrupción,como si de un pulpo se tratase,la más habitual es la del sobre o sobresueldo,áticos en zonas residenciales,viajes de lujo,segundas residencias y relojes a más caros mejor,recalificaciones de suelo,bodas fastuosas.Miremos a nuestro alrededor¿A que todos conocemos a alguien o algunos que súbitamente cambian de estatus o comienzan a jugar al golf,por un decir?
De todas estas especies de corrupción contaminante,la más deleznable es la política.
Un político es un ciudadano que trabaja de forma temporal en la administración y desarrollo de la función pública.No se rian,eso es lo que debe de ser un político,otra cosa es en lo que tienden a convertirse.
Lástima que tengamos que hablar de política en estos términos.
Casi todas las características más llamativas de la corrupción las encontramos hoy en la clase política.
Los que intentamos obtener una mejora de las condiciones de vida de los humanos tropezamos una y otra vez con estos obstáculos.
Los corruptos son tremendamente peligrosos,casi me atrevería a decir que sufren una enfermedad incurable,la avaricia desmedida,todo les parece poco.Llevados por la ceguera del ansia se van enredando más y más en los brazos de la medusa,y cuando quieren soltarse ya es tarde.
Ellos y quienes les pagan,es un trueque, forman lo que se llama una comunidad de intereses siempre miserables.
Tienen un arma extremadamente peligrosa para la gente de bien,el uso torticero de la justicia
.
Ahí hay que echarse a temblar,quedamos indefensos ante la iniquidad.
Cuando aparecen estas epidemias,partiendo de la base de que,afortunadamente, no somos como ellos,además del urgente antídoto,hemos de aplicarnos a fondo a batir cacerolas,mover las piernas,inluso nadar a contracorriente hasta que cesa el peligro y el agua se aclara.
El político no necesariamente ha de ser corrupto,los hay honestos,pocos,pero los hay.
Solo en una Democracia Participativa el agua es clara y se ven con nitidez las rocas del fondo,en mayor o menor grado,pero siempre participativa.
Decía Schopenhauer que quien no sirve para otra cosa se dedica a la política,bien es verdad que a él le tocó vivir en el summun de la burocratización germana,que no es poco,y esto debía de llevarle a baches depresivos,pero no andaba tan descaminado en el diagnóstico.
La política en si no es mala,son los políticos,los malos políticos los que la convierten en una pesadilla al estilo de Kafka.
Lo tanta veces dicho,en nuestras manos esta el reconducir nuestra Historia.
Así pues,manos a la obra con viento en las velas.
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