viernes, 31 de octubre de 2014

PALESTINA,PALESTINA,PALESTINA....

De la inagotable capacidad  para destruir la vida,algunos figuran en el escalafón más alto.
Vayamos a lo más lejano en la distancia física.
Netanyahu,a quien el cielo confunda,apoyándose en grupúsculos extremistas,lleva años destruyendo la posibilidad de paz en la zona.
La matanza de Gaza,los asesinatos puntuales,la falta de garantías jurídicas para cualquier palestino,y ahora la provocación abierta de prohibir el acceso a la explanada de las Mezquitas,son el mascarón de proa de su próxima campaña electoral.
Justicia,moralidad,principios, están excluidos.
Y Estados Unidos y otros países continúan ralentizados por una culpa que no es de hoy,tampoco de ayer.
Viene de antiguo y tiene a sus mejores adalides en dos monstruos del siglo XX,Hitler y Stalin.
Esto no condena a todos los alemanes,tampoco a todos los rusos.
Así pues tenemos que preguntarnos que hace especiales a los palestinos para que sigan pagando los crímenes de otros.
Hubo complicidad en algunos países occidentales en el genocidio múltiple de la II Guerra,y no pasa nada.
Existen intereses miserables en la continuidad de los abusos al pueblo palestino.No engañan ya a nadie.
Pero no hay excusa para este crimen continuado.
En el mundo actual todas las cartas hace tiempo ya que están sobre la mesa,dejemos la tradicional hipocresía política.
La provocación de Netanyahu y su gobierno es miserable,inaceptable.
No podemos volver a la espiral de  muerte de hace meses.
Fue un exterminio programado,son crímenes contra la Humanidad.
Justicia para todos,no para unos en función de sus muertos.
Hubo,más menos,50 millones de muertos en la II,la diferencia respecto a otras grandes matanzas fue el sistema industrial creado por mentes diabólicas para terminar con las víctimas.
De  otra forma,más eficaz y cinicamnete se continua contribuyendo al exterminio y a la creación del odio.
A estas alturas es alucinante la capacidad que tienen algunos mal llamados humanos,para destruir a sus semejantes.
En muchos lugares,de múltiples formas.
Nuestros valores morales están heridos de muerte,en nuestras manos queda el curarlos o exterminarlos para siempre.


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