Hace muchos años,cuando vivía en Turquía,se declaró una epidemia de cólera.Estábamos en plena guerra de los Seis Días,vivía cerca de la frontera con Siria y los civiles que huían de los bombardeos se adentraron en el desierto buscando refugio,detrás vinieron las ratas,bien alimentadas por los cadáveres que iban cayendo por el camino,con ellas llegó el cólera.
La frontera turca,bastante extensa en esa zona,se blindó,no pasó ni un ser humano ni una rata,la epidemia se quedó al otro lado de la línea.
Hace unos meses,cuando surgió el rebrote de ébola en África Occidental,primero se ocultó,después se dijo que eran simples bichitos,después llegó la campaña de imagen,el traslado y los pagos.
Unas personas que llevan media vida atendiendo a necesitados,sacrificando la suya por mor de ayudar a otros,me atrevo a decir que habrían preferido que los dineros gastados en ellos, fuesen destinados a mejorar las condiciones sanitarias en los países donde practicaban la medicina.
Así lo pensamos y dijimos muchos.
Y no era fácil la decisión,pero de verdad creo que hubiese sido su elección ante la imposibilidad de encontrar solución a la epidemia.
Por no hablar de los millones de personas que mueren a cada instante en infinitas guerras, y que nada importan a los bien instalados países occidentales
Pero estos cenutrios del gobierno están en campaña electoral,y ante esto todo vale.
Impensable tomar una decisión como la turca,faltaría más.
Menos aún asumir cualquier tipo de responsabilidad,seguimos con el "y tu más y esto no va conmigo".
Bien, ya esta aquí,las consecuencias son imprevisibles,la alarma social se extiende.
Todo,hasta lo más miserable, queda cubierto por el velo del miedo.
A ver por donde van ahora en su campaña de asco y repulsión.
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