Hace muchos años,la primera vez que fui a Venezuela,me llamó mucho la atención el brutal contraste entre las residencias del Valle y las laderas llenas de chabolas a las que llamaban ranchitos.
En aquella época Venezuela tenía unos 16 millones de habitantes y un potencial económico impresionante.Se comenzaba a explotar Puerto Ordaz,donde por cierto las potencias coloniales ya tomaban posiciones con los métodos habituales.
Aún y así,Venezuela y los venezolanos podían vivir en calles empredradas con plata y tener un nivel de vida altísimo.
Pero no fue así,corrupción entretejida con abusos sin cuento e ignorancia de la población,abocó al presente.
Brasil,multiplicado,vive la misma experiencia.
Los crímenes del pasado pesan y mucho,la corrupción endémica mina los cimientos de un gran país.
Ojalá que sepan corregir el rumbo a tiempo.
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