Y en esto que iba ella,la simpar España,acompañada por la intrépida Europa,y allá que se encontraron con los chicos malos malísimos de la muerte que intentaron cambiar sus acrisoladas y sólidas costumbres.Escarnio y tristeza¿Cambiar los maravillosos hábitos tan bien adquiridos y tan rentablemente satisfactorios?
Los chicos malos hablaban de independencias diversas,separación iglesia Estado,limpieza de las Instituciones Públicas,Igualdad para todos,socialización .En fin,un cúmulo de disparates inaceptables para las pudibundas doncellas.
¿Cómo iban a aceptar renunciar a ser princesas,mandamases y gobernantas, en una tierra que tanto y tan bien mantuvo sus privilegios durante generaciones,fundados en mentiras y excesos,pero eso a quién importa?
La doctrina ha calado mucho y bien.A todas las niñas las educan para ser princesas desde la cuna,a los niños,reyes y guerreros,como mínimo jefes.Hablamos de los del entorno de las puras doncellas,de los otros no se sabe ni importan,solo interesa su mano de obra,sus tierras y sus riquezas,porque para lo demás están estas dos paradigmáticas Erinias.
Como decía,los chicos malos,en su afán de dominio intentaron por las malas y por las buenas convencer a estas dos joyas de la necesidad de hacer cambios,pasar página a sus periclitadas costumbres y cambiar primero de vestido y después de alma,pero España y Europa se negaron totalmente,y en estas estaban cuando apareció la caballería en forma de ministros de justicia e interior,al galope,lanza en ristre.
El resultado se debate aún,para unos ganó la caballería,para otros,los chicos malos.
Lo más probable es que terminase en tablas transitorias,los chicos malos son más y están indignados.A la caballería,si no tiene con que alimentar a las cabalgaduras poco le queda por hacer.
Entretanto,éteme aquí que los chicos malos ya están tomando las calles,y no parece que tengan intención de dejarla.
A lo lejos.el Desierto de los Tártaros se va poblando de sombras que se materializan.
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