jueves, 15 de octubre de 2015

VIENA-BUDAPEST Y LOS ULTRAS EUROPEOS

Si es posible,siempre es mejor hablar de experiencias vividas,porque la memoria viva  resulta más completa que la adquirida a través de otros.
Vaya por esos nacionalismos extremos,abiertamente fascistas que,con motivo de la llegada de refugiados de la guerra en Oriente Medio,recorren Europa,o lo que sea,como una pandemia mortal,mortal para los principios de ética y libertad que algunos defendemos.
El gob.que ahora controla Hungría,es un trasunto indeseado del que hace unos años agitó a Austria,y de rebote,a todas las Repúblicas surgidas de la desmembración de la antigua Yugoeslavia.
Los nietos de Victoria Hannover,la alemana que gobernó Gran Bretaña,dieron mucho de si.
Siempre fueron muy de su casa estas testas coronadas en nombre de intereses inconfesables en su mayoría.
Ello llevó aparejado una guerra sin fin durante siglos en toda Europa,por quítame allá esas fronteras,o que mamá ha dicho que esto es mío.
De esos desechos,mejor dejarlos recluidos en libros y documentos,por aquello de la higiene mental,el único motivo que justifica su estudio,al menos para mí,es comprender mejor el presente y no repetir tanta vesania.
A lo que iba.
Pasé en Viena la Navidad de 1966,era muy joven,pero ya estudiosa de años de los procesos históricos.
Viena estaba en la ruina,tanto económica como arquitectónica.
La huellas de bombardeos estaban por todas partes,la suciedad era total.
Recuerdo la Ring Strasse como una sucesión de edificios notables en total abandono,derruidos,negros por los incendios y el tiempo.
Otra cosa eran las tabernas de  estudiantes y bohemios,aquellas en las que se habían sentado Schubert,Mozart,y tantos y tantos genios.
Siempre me ha sorprendido,y me sorprende,la convivencia de lo mejor del hecho creativo con lo más deleznable de la condición humana.
En estas tabernas bajo los soportales, la vida continuaba activa,siempre se escuchaba una cítara y,todo hay que decirlo,el vino caliente con salchichas y chucrut te sabía a gloria.
El frio era intenso,y lo hacía aún más notable aquel abandono físico.
Solamente recuerdo dos sitios distintos a la generalidad,una elegante tienda de ropa austriaca cercana a la Ópera,y una pastelería donde te servían el tradicional pastel vienés y el café con nata y chocolate que,por cierto,también estaba buenísimo.
Allí,damas elegantes,convenientemente ataviadas con los carísimos loden,tomaban un refrigerio y charlaban como si la guerra nunca hubiese existido,otro mundo,exclusión respecto a la realidad circundante.
Dos mundos que no se complementaban.
Para mi Viena era sobre todo la Música que adoraba,el pasado imperial lo recordaba como algo caduco y  sanguinario.
Fuimos a la Ópera el 31,de acuerdo a la tradición,se cantaba todos los años El Murciélago de  R.Strauss.
La velada fue notable,grandes cantantes,gran Orquesta.
Llegado el descanso fuimos al hall para tomar algo,olvidé decir que de calefacción nada de nada,el teatro era un témpano.
Allí no se formaban corros,las parejas deambulaban en círculo,lentamente,hacían una leve inclinación de cabeza según se cruzaban con algún conocido en el otro lado y continuaban en su círculo cerrado.Algunos,pocos,llevaban una copa de champán en la mano que se vendía en una barra situada en un lateral.
El olor a alcanfor era asfixiante,sus trajes,muchos ajados,tanto ellos como ellas,desprendían ese olor,posiblemente solo salían de maletas y armarios para ese día.
Después de la audición ,según la tradición,se marchaba al Sofia Palace,donde se daba un baile de Fin de Año.
Allí,siempre envueltos en el olor a alcanfor,encontré a otro grupo singular,la comunidad húngara,recientemente exiliada,no solamente del comunismo,también del fracaso de la Revuelta del 56.
Bailé Tzardas,parecía que oír aquella música les resucitaba,porque en su mayoría eran almas en pena.
Triste y patético.
Una visita a los llamados barrios obreros me hizo evidente el abismo que existía entre ambos mundos,tal y como había visto en Milán o,posteriormente, en ciudades alemanas.
Un pasado que algunos añoraban,excluyente,absurdamente y hasta ridículamente encerrado en algo que fue y ya no volvería,y por otra parte,una mayoría silenciosa en aquel momento,que se conformaba con comer algo y poco más,que encendía fuego con las maderas de las ruinas,que parecían ir todos con el mismo traje,unos y otros,a excepción de aquellos pocos privilegiados que merendaban pasteles en la elegante pastelería.
Sigo pensando que aquellos pocos formaban parte del emergente y próspero mercado negro que aún funcionaba.
La moneda cotizaba tan poco que hasta para la triste peseta todo aquello era barato.
 
Esa contradicción social era explosiva,nostálgicos del imperio y clase trabajadora duramente sojuzgada.
Entonces,como ahora,perviven los antagonismos sociales que dieron pie a dos grandes Guerras.
El odio solamente engendra odio.
El radicalismo fascista vivido en Austria no hace tantos años,nunca ha muerto,revive ahora en un torpe gob. húngaro tan fascista como sus compañeros de viaje político y social.
A nadie puede extrañar que levanten vallas y muros,encierran como pueden el recuerdo de un pasado que realmente nunca existió,al menos no tal y como lo pregonan.Si no hubiese sido por la expansión industrial,apoyada en mano de obra barata,el armamentismo europeo nunca hubiese llegado a la feroz depredación que supuso y supone el colonialismos en todas sus formas.
No soy muy optimista respecto al presente y futuro,este mundo,en el fondo,poco ha variado,cuando siguen dando el poder a sus verdugos.
La injusticia campa a sus anchas,cierto es que ahora todo se ha restaurado,se come todos los días y el trabajo,mal que bien,consigue mantener una cierta calidad de vida.
Pero el huevo de la serpiente ya eclosionó,y ha dado muchas crías que se lanzan a las de otras especies para continuar expandiéndose.
No entiendo,no comprendo que con estos antecedentes sigan floreciendo hiedras venenosas y plantas carnívoras.
Supuestamente somos Democracias,pero en realidad democracias enfermas de gravedad,porque cuando se repite,ya sin el más mínimo pudor,lo peor de nuestro pasado,algo va mal,muy mal.
El voto,nuestro escape.

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