Acabo de leer un gran artículo de mi estimado Manuel Fraijó,teólogo,filósofo.
Manuel fue ponente destacado de aquel Seminario que durante años se celebró en el Instituto Fe y Secularidad.
Como su nombre indica,se debatían dos corrientes filosóficas.
Fue un privilegio poder asistir a aquellas sesiones,donde lo mejor de la intelectualidad actual debatió desde todos los ángulos posibles,no solamente sobre la existencia o no de Dios,también sobre las multiples formas de interpretar su existencia.
Aprendiz de todo,maestra en nada,confieso que me agarré a aquellos encuentros como a la cuerda tendida en el abismo, en medio de una profunda crisis existencial que me llevaba a cuestionarme cada día vida y creencia.
Recuerdo muy especialmente su cariño hacia mi persona,la suave benevolencia con que acogían mis lagunas intelectuales.
La crisis me bloqueaba,a veces casi no podía hablar,pero ellos me transmitían seguridad para permanecer.
Debía de ser muy evidente mi situación,entonces no era consciente de ello,pero nunca percibí que ellos se dieran cuenta.
José L.López Aranguren y Javier Muguerza,junto a Caffi fueron la tabla de salvación que aún me mantiene aquí.
Mi querido Caffarena,amigo,mentor,me guió como pudo por la travesía del desierto,desde la incertidumbre.
Kierkegaard era mi libro de cabecera.
Caffarena me ayudó a llenar aquel estuche vacío del que habla Weber,no con creencias ni certezas,más bien con intuiciones y destellos.
Ahora,años después,superado en parte el abismo,sigo siendo una creyente a ratos,sin evidencias,pero con convicciones básicas,el principio ético,la comunión humana.
Ya no me planteo la existencia de Dios,ha pasado a ser parte de mis actos,he dejado atrás aquellos terribles años de vacío total.
Esta declaración vital,muy poco frecuente en mi,viene dada por el presente que vivimos,que te obliga a replantearte todo cada minuto,en el sentido de asumirla y pelearla en función de las creencias propias.
Veo que Manuel dedica el texto a su hermana desaparecida,hermosa forma de recordarla.
Les recuerdo a todos,les admiro y les quiero.
Ya no estoy tan perdida,hasta puedo expresarme con facilidad,pero difícilmente habría superado la prueba sin su apoyo,cariño y generosidad.
Por todo ello,gracias infinitas.
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