Corrían los años cincuenta cuando África bullía en los estertores del colonialismo,y a pesar de las noticias contrapuestas recibidas mediante la prensa,se apreciaba la llegada de un tiempo de convulsiones sociales.
No fue hasta años después,estudiando el colonialismo europeo, que comencé a caer en lo que pasaba al otro lado del mar,frente a Canarias.
Todas las aberraciones de la condición humana se dieron allí,puesto que venía de parte de un Continente pretendidamente civilizado.o al menos así lo creían o intentaban hacer creer.
Este comentario viene al caso ante la visión de un nuevo rey en Bélgica.
De los muchos tiranos sangrientos europeos que por allí camparon,uno de los más reseñables fue el Barbas,un Leopoldo Sajonia -Coburgo que ordenó un genocidio en su parcela colonial, a fin de apropiarse más cómodamente de sus inmensas riquezas,hablo del Congo.
No deja de ser curioso el hecho de que si no llega a ser por este carnicero,por supuesto,con su banda de acólitos,Bélgica tal y como la conocemos hoy no existiría.
Fueron las riquezas llegadas de África las que permitieron a este elemento fortalecerse en el poder.
Bélgica,creada de forma artificial para repartir poder entre los vástagos Sajonia,nació endeble,contra natura,uniendo a dos comunidades enfrentadas de antiguo por razón de cultura y sociedad.
Pero en aquellos tiempos poco importaba lo que pudiera hacer o sentir el pueblo,mientras el ejército estuviese con el poder,todo bien.
El pequeño reino que era entonces se vio muy fortalecido con las riquezas que llegaban del Continente africano.
He vivido en Bélgica durante unos años,conocí bien a la sociedad belga,en el lado valón eran muy amables,en el lado flamenco era tratada con auténtica simpatía.El recuerdo del Emperador Carlos todavía perduraba,los flamencos asociaban su imagen a su época de esplendor,cierto,mientras que los francófonos siempre fueron rechazados por el motivo contrario.
No se entiende que al día de hoy Bélgica no sea una República Federal,único sistema viable de coexixtencia.
Volvemos a lo de siempre,el insoportable servilismo humano ante algunas formas de poder.
Bien es cierto que han sido muchas generaciones,y no es tan fácil sacudirse el yugo y aprender a vivir en libertad.
En los años de la guerra civil en Congo y Rwanda,asistí a la llegada masiva de los huidos políticos,esperaban ser acogidos por la madre patria,y así fue,cuando llegaron con dinero.
El experimento que tantas vidas costó en México en el XIX,Maximiliano y compañía,también tiene el dudoso honor de deberse a esta familia Sajonia.
Para resumir,invasión y destrucción en el Congo.Exterminio en México.Represión continuada entre facciones sociales enfrentadas en el propio Continente europeo.
Dios,el dinero.
Tumbas,todas las de estos muertos.
Humanos,pues mire usted,unos más que otros.
Cada vez que he visto una escena social donde esta familia aparece con todos sus ornamentos de pedruscos y abalorios,pienso"Estos son los primeros diamantes de sangre"
En el ajedrez de la política actual no deben ni pueden tener cabida estos restos de un pasado que es mejor olvidar.
En cuanto a las riquezas acumuladas,no sería mala cosa que destinaran parte a paliar las necesidades sociales más perentorias.Al fin y a la postre,la conquista fue posible gracias a la sangre de todos sus súbditos.
Lo deben.
Lo de esta familia se puede hacer extensivo a todas las mal llamadas reales que campan todavía por este Continente.
Otros tiempos,otras costumbres.
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