miércoles, 24 de agosto de 2016

PULSIONES DE MUERTE EN LOS PROCESOS CIVILIZATORIOS.Comentarios ad hoc

En estos días se han producido,por causas diversas,una como especie de espiral vital que lleva a plantearse una de las grandes incógnitas de los humanos.
Su relación y visión de la desaparición,estado inerme, de acuerdo a la terminología de S. Freud, en su primer estudio acerca del concepto.
Acaba de producirse un terremoto en una zona altamente sísmica tal es Italia.
La guerra que ya pasa de cinco años,encaminada en principio a liberar a Siria de una dinastía dictatorial,produce ya tantas derivas como casi grupos humanos en el país.
El recuerdo del mayor genocidio planificado de la historia humana nos sacude como un latigazo a pesar de los años transcurridos.
La barbarie de grupos fundamentalistas fieles discípulos de los precedentes recientes,estremece y crea rechazo.
La guerra como forma sistemática de gobierno subleva a las sociedades más evolucionadas.
La corrupción total de principios y formas de vida nos conducen a la perplejidad total.
He estado ojeando varios textos en estos días,al hilo de los sucesos cotidianos.
Crimen y costumbre en la sociedad salvaje,de B.Malinowski,1926,todo un clásico imprescindible de la Antropología.
El manifiesto de los brujos,de Ivan Drenicoff,nacionalizado venezolano,nacido en Bulgaria.Venezuela.1975.Una aproximación a la Antropología distinta a lo habitual.
Tótem y tabú.S.Freud.Primera Ed.en castellano 1967 en Libro de bolsillo.Una síntesis desde el punto de vista del estudioso del comportamiento humano.
 Gramsci y la concepción de la sociedad civil,de Norberto Bobbio.1967.Un análisis sobre la persona y su dialéctica.
Aunque a primera vista pueda parecer sorprendente,existe una interrelación entre estos textos,todos analizan el comportamiento humano,no llegan a conclusiones doctrinarias,sobre todo,exponen.
Tuve el honor de tratar a N.Bobbio e Ivan Drenikoff.
Al primero como alumna,al segundo como amigo y maestro.
Esta situación te permite tener una como visión más clara de la intención del texto.
He sentido la necesidad de acudir a sus escritos en días en que el desconcierto  es mayor de lo habitual acerca de nosotros,los estúpidos seres humanos.
Dicho muchas veces,nunca lo bastante repetido,no existe nada más inútil ni destructivo que la guerra, la forma de exterminio humanos más planificada y extendida,por aquello de la práctica que supone   el desarrollo durante varios miles de años.
De N.Bobbio recuerdo sus excelentes conferencias,era un sabio.Su amabilidad en el trato.
De Ivan,su profundo conocimiento en estudios antropológicos.
Nos conocimos en Caracas, era amigo de mi tío Agustín,trabajaban juntos en la Biblioteca Nacional,con Virginia Betancouth,hija del Presidente del mismo apellido.
Ivan conocía Venezuela muy bien, a las culturas indígenas del interior.Escribió sobre ellas y sus complejos rituales vitales.
Me fascinó saber que para  algunos de estos pueblos el cielo es de agua y ellos vivían bajo esta.
Singularísima unión entre hombre y medio.
También era maestro en la práctica del Yoga.
Cuando era estudiante en Madrid compré un libro sobre la disciplina y aprendí algunos rudimentos que aún practico,pero Ivan fue el primero que me inició realmente.
Hablar con él era hacerlo con un sabio al modo clásico.
Todo este deambular viene a propósito de situar el momento y el texto.
Nunca aceptaré la violencia como fin en si misma,es aberrante e inhumana.
Pero la evidencia del cáos esta ahí,I.Prigogine,El fin de las certidumbres, lo explicó también de forma magistral.
Esto supone la aceptación de la destrucción constante como generadora de vida.
Y así es,pero lo uno no implica la práctica  para generar lo otro,no al menos como iniciativa humana.
Formamos parte integral del proceso vital,somos una de sus facetas,pero hay un largo camino entre esta evidencia y la forma en que lo experimentamos.
Llama la atención,por ejemplo,le persistencia en continuar viviendo en zonas sísmicas aún y después de grandes desastres,cuando lo lógico sería cambiar el emplazamiento.
También el persistir en trabajar una tierra que ya esta agostada y cada año dará menos fruto,y subsecuentemente llevará al hambre.
O la concentración humana en espacios de alto riesgo por inundaciones o huracanes.
Y muchas más persistencias.
Una de las explicaciones que se da es justamente la de la pulsión de muerte.
Ante nuestra incapacidad para perpetuar la vida aceptamos los límites que impone,en este caso,la circunstancia geo-climática.
De igual forma que la aceptación del abuso,la tortura y la muerte violenta,la "culpabilidad" de la víctima,pretende explicar la perpetuidad de la guerra y sus secuelas.
No parece válido este argumento,de ser así,mejor un gran suicidio colectivo y acabamos antes.
Bien,a lo mejor ese es el tema.Suicidios colectivos se dan cada cierto tiempo,por muy variados
motivos,mayoritariamente religiosos.
Torturas sistemáticas también,otra vez mayoritariamente por motivos religiosos.
En este apartado,del que nada ni nadie se libra hasta la fecha,los fundamentalismos han desarrollado un abanico de "refinamientos" como nunca se vio.
Ninguna cultura ni etnia queda libre de culpa,a lo largo y ancho de la tierra,en cualquier tiempo y condición.
Una de las conclusiones posibles es que el infierno esta en la tierra y que estas son diferentes estancias de la misma pesadilla.
Otra, que es cierta la teoría de que somos los monos locos de la especie.
Puede ser,pero las certezas no existen,tampoco las evidencias son concluyentes.
Por otra parte,si existen y han existido formas sociales que son capaces de vivir en comunión con el entorno de forma pacífica,son pocas,paro las hay.
A lo mejor lo que hay que dilucidar es en que momento se tuerce el rumbo evolutivo para pasar a la degeneración,corrupción sistemática.
Mucho comentario es estas líneas,largo y prolijo,pero a lo mejor  entre muchos somos capaces de hallar respuesta a alguno de estos planteamientos.
No pretende ir más allá.

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