jueves, 5 de febrero de 2015

TERROR

Alguien ha comentado en twitter que siente vergüenza de haber visto en TV la escena de la inmolación del piloto jordano.
Hace bien en sentirse así,él y todos los que dedicando unos minutos a esta salvajada han contribuido a la campaña de propaganda de unos brutales asesinos.
Cuando veo TV,no mucha,y llega el bloque de anuncios,o bien bloqueo el sonido y cierro los ojos,o bien hago una pasada por otras cadenas,también sin sonido.
Ayer hacía esto último cuando apareció una escena,un reguero de fuego que corría por el suelo,una jaula con un joven dentro, alto,serio,con los ojos bajos,afortunadamente,antes de continuar caí en lo que era y corté la imagen.
El impacto fue grande,de esa escena conservo dos recuerdos,la concentración del muchacho,no sé si rezaba o recordaba sus sueños,y la enorme dignidad de su persona.
Por principio y convicción no apoyo la violencia,ninguna forma de violencia,más allá de la dialéctica.
Pero sé perfectamente que en caso de agresión siempre me defenderé,de pie,no de rodillas.
Por esto,aunque suponga una contradicción,no seré yo quien condene a los que intenten castigar a los autores de este asesinato.
Ya sé,ya sé,existe una larga y profunda reflexión acerca de lo que late en el fondo de esta afirmación,pero repito,no seré yo quien condene.
DEP

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