Entramos,si es que alguna vez salimos,en un nuevo proceso electoral.Tan cansino y ridículo como viene siendo habitual en los últimos comicios.
Llama poderosamente la atención,es un decir, la fiebre de obra pública aparejada a los susodichos,y por ende el frenético intercambio de sobres que sobrevuelan los cielos.
También sorprende la fantástica coherencia con que churras y merinas aúnan sus fuerzas para desbancar,fulminar, y enviar al limbo de los tiempos a la socialdemocracia española.
No conozco forma política más consecuente con las necesidades del pueblo que este sistema,siglo y medio largo ya,y ahí va tan lozano.
Olvidarlo puede ser mortal,porque los que pretenden ocupar su lugar,no tienen su historia,experiencia y larga andadura como para haber acumulado tan inapreciable bagaje .
La experiencia es un grado,un grado muy alto,y aún con notables fallos en el tiempo y las acciones,siempre tendrán mucho más peso los logros positivos conseguidos.
Que los herederos de la dictadura actúen como lo hacen,es normal,son y serán siempre miserables remedos de aquella época mortal para la mayoría de los españoles.
Pero que los progresistas,los que pagaron tan alto precio por serlo,los que resistieron en aquellos negros años,se abstengan o cambien de opción,francamente,es incomprensible.
Hay que denunciar lo que se hace mal,corregir y excluir del juego democrático a aquellos que no respetan las normas.Somos mayoría los que hemos sido honestos y dignos en nuestras acciones.
Que no enfanguen una buena andadura los voceros de la nada.
Ahora la operación de acoso y derribo esta funcionando a todo trapo,nos venden como nuevo lo que no es más que un pobre remedo de acciones pasadas de otros grupos.
Se derriten ante la idea de tocar poder.Estos son los pretendidos sustitutos,grandes mentirosos que montan una campaña vendiendo imposibles,y lo saben,pero de eso se trata,de los viejos hábitos,los malos hábitos.
Quiero pensar que tanto sacrificio no fue en vano,que el esfuerzo valió de algo,que volveremos a salir a la calle exigiendo el buen gobierno,dejando fuera a todos los que han tomado la política como una forma de lucro indecente.
Tendremos que decidir si continuamos en el país de Liliput,enganchados en disputas ridículas,o volvemos a optar por una teoría política que ha demostrado sobradamente ser el mejor sistema de gobierno a lo largo y ancho del mundo.
Liliput llevaba una eternidad guerreando con sus vecinos por un motivo que ya ni recordaban,aquí si que recordamos el origen de esa guerra,bueno será no olvidarlo,para no cometer los mismos errores.
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