miércoles, 25 de mayo de 2016

ORFEO COMO ASPIRACIÓN

Hace semanas que comencé un texto sobre Orfeo,si, el músico que aplacaba a las fieras al son de su lira.
También sobre su significado en la cultura masculina que destruye el mundo de la Diosa Madre mediterránea, e instala a una constelación de dioses meteóricos que traen como estandarte la fuerza bruta,sumisión social y destrucción de equilibrios.
Cierto es que aquel mundo era mucho mas pequeño,menos poblado, y en su mayoría desconocido para la generalidad.
Pero esto no elimina el hecho de que existe una extraña disonancia entre el mundo de la armonia,mejor Armonia,con mayúscula,y esta necesidad de destrucción permanente que se instaló entre nosotros hace mucho tiempo.
Unos nos llaman monos locos,otros piensan que sentimos la nostalgia de las estrellas.
En ambos casos nada justifica la destrucción brutal de la Armonia,posiblemente,de existir,lo que más nos aproxima al Todo.
Le doy muchas vueltas a este tema,al igual que a esa indeseada existencia de lo siniestro por oposición a lo bello.
Ignoro si seré capaz de hilar un discurso medianamente coherente con estos ramalazos de certezas.
Pero lo escribo por si alguien piensa lo mismo,y desearía que las Ménades no hubiesen despedazado a Orfeo y su lira continuase ensimismando hasta a las fieras.
Sea.

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