viernes, 27 de noviembre de 2015

LADRAN,LUEGO FRENAN LA MARCHA DE LOS CABALLOS

Resulta sorprendente,por aquello de utilizar un vocablo moderado,la pertinaz insistencia en llamar guerra,con mayúscula, lo que no pasa de ser un ataque más de los muchos sucedidos en diversas partes del mundo desde la II Guerra Mundial.
Algunas - muchas de estas agresiones son masivas,por el número de víctimas,pero no entran en la estrategia global,al contrario,forman parte de acciones zonales contra grupos étnicos y económicos.
Los usos son los mismos,los habituales en acciones criminales de todo tipo,insistamos,los habituales.
La publicidad que se da a unos y otros,según convenga,aumenta o disminuye el efecto que se pueda derivar de lo que,por más que lo disfrazen,siempre han sido crímenes sociales.
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Antes de la I Guerra Mundial,la Internacional Socialista se inclinó por la opción pacifista,algunos opinan que esto generó muchos más muertos.
Posiblemente no valoró  correctamente la larga experiencia en ataque y destrucción de los países establecidos de antiguo.
El movimiento socialdemócrata era muy joven en tiempo y experiencia.
Aquí y ahora no es lo mismo,experiencia sobra,concepto democrático,también.
Caer en la trampa de antaño no solo es estúpido,también resulta muy poco consecuente con unos principios que ha costado mucha sangre y lágrimas mantener a lo largo de más de cien años.
No caigamos en la trampa de creer en las lágrimas del cocodrilo,mientras lo miras,intentando aclarar si son lágrimas ciertas,abrirá la boca y te tragará de un bocado.
Recuerdo un texto de Mario Benedetti,publicado en prensa,donde especificaba todas las guerras parciales mantenidas,solamente en América,en los últimos cincuenta años,estremecedor.
Entonces los servicios informativos no eran tan lacayos del poder como ahora,y aún y así,lo dicho,estremecedor.
Y demencial.

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