LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE POLÍTICO

Cada día nos tropezamos con múltiples variables del empleo  mentiroso de los hechos.

Vaya por delante un comentario.

Cuando era estudiante universitaria tuve en Comunes un buen profesor de Historia Antigua.Un día,hablando del posible origen del lenguaje nos introdujo en el fascinante mundo de la Antropología,explicó una hipótesis de trabajo ciertamente sugerente para aquel entonces,el posible origen del lenguaje humano.

Mucho tiempo ha,cuando los humanos nos hicimos bípedos,el horizonte se hizo ancho y lejano,otear un paisaje tan distinto al precedente debió de suponer un avance notable para la especie.E indudablemente contribuyó a nuestra supervivencia,el ver al depredador en la distancia ahorró muchas vidas,era posible escapar a tiempo.

Fue en ese tiempo,de acuerdo a esta teoría,cuando surgió el lenguaje,que primero debió de ser grito de aviso y,posteriormente,comienzo de vocalizaciones que han tenido un muy largo recorrido.

Y esto viene a cuento de su utilización aquí y ahora.

Muy lejos ya de un aviso vital,el lenguaje se ha convertido en un instrumento muy práctico de manipulación social.

En el lenguaje actual lo que más abunda es la verdad a medias,la omisión y la mentira abierta.

En los medios,cualquier grupo político o económico se atiene a esta regla de forma casi tradicional.

Nadie espera que se expresen con verdad,de ahí la ardua tarea de aprender a leer entre líneas,deducir por omisión y el inmenso esfuerzo que supone el contrastar la noticia,porque damos por hecho que todos mienten en mayor o menor grado.

Grupos de información oficiales publicaron hace años un libro sobre expresión corporal,esos tics o gestos instintivos que traicionan el engaño que lenguaje y tono intentan transmitir.

Inapreciable escuela esta del lenguaje corporal,cuantas veces no nos han contado la verdad real ante unos ojos fijos y una prosa envolvente.

Pero no derivemos.

Llevamos meses,años,oyendo hablar de la Deuda Griega,de sus consecuencias,casi nunca sin publicar textos oficiales,al contrario,haciendo habitualmente lecturas interesadas según quién y para quién se hace.

Desbrozar con machete se ha convertido en el trabajo de cada día,lo que se omite,resulta escandaloso,y cuando después de una compleja investigación llegas a conclusiones,casi da lo mismo,explicarlo a otros es tarea para nota de notable alto.

Supongo que por esto resulta tan admirable que algunos profesionales de la Economía se molesten en hacernos accesibles temas tan controvertidos.

Así pues, aquí tenemos un ejemplo que combina la verdad a medias,la mentira y la omisión.

Hablo de Grecia porque es el tema recurrente,pero también podemos hacerlo con los naufragios de refugiados en el Mediterráneo,leyes ilegales,mentiras sobre Medio Oriente y otros tantos casos,aunque en estos ejemplos se ve más la mentira cínica que otra cosa.

Otro buen ejemplo se ha visto hoy en los medios,la frase final de un texto de publicado en inglés.No he conseguido leer el original,por lo de la traducción.

Es lo bastante ambigua como para prestarse a diversas interpretaciones,ignoro si es la idea que tenía el autor,es posible.

Una semana en los medios y y las alimañas habituales de todos conocidas-os,sin intentar siquiera contrastar ni conocer el texto íntegro del artículo,allá que se tiran a la yugular del mentado,otra fascinante manera de degradar el lenguaje.

Se acepta que llevamos una carga de milenios utilizando el lenguaje como defensa,pero de eso a hacer de la mentira un oficio,pues que no.

Engañan,trastocan y confunden realidad y personas,desvían la verdad en su propio provecho y, lo más importante,muchas veces incitan al odio y a la muerte por acción u omisión.

Desde aquellos lejanos gritos en la llanura el camino ha sido largo,pero me sigue pareciendo mejor aquello que esto,allí al menos había sentido de grupo y de supervivencia,aquí es un cúmulo de gusanos dándose el festín padre a costa del cuerpo social.

Queda claro, pero añado,hablo siempre del lenguaje socio-político,afortunadamente, existen otros lenguajes que resultan mucho más difíciles de pervertir.