En la marea de chapapote que nos inunda,ignoro que resulta más peligroso,si el estar cerca de la fuente de contaminación o el que no seamos capaces de atajarla.
Esto de la corrupción y el abuso viene de antiguo,los romanos resultaron auténticos maestros en el arte,pero los de hoy no le van a la zaga.
Depredadores hediondos de lo más,son capaces de cualquier canallada para mantenerse en el escaño.
Concepto político,al estilo aristotélico,nulo,mejor compararlos con los piratas que asolaban las costas del Mediterráneo Oriental en tiempos de César,y a los que por cierto don Julio proporcionó cumplido castigo.
Nuestro César de ahora son las urnas y nuestro voto.
La degradación democrática de estos es total,realmente son una asociación ilícita recaudadora de sobres y dádivas diversas.
Y todo aquel que sea cómplice o compinche,sea el partido que sea,recibe por extensión el mismo apelativo.
Tenemos muchos ciudadanos honrados,honestos,suficientemente preparados para cambiar el fondo y las formas necesarios para encarrilar a este nuestro país,y por extensión a este Continente cómplice y partícipe de tantos crímenes.
La Navidad,el Solsticio, siempre ha sido, para esta que escribe,tiempo de reflexión y aislamiento,lo que no es óbice para valorar una buena reunión de personas afines.
Otra cosa es el despilfarro brutal que nos vende el consumo institucionalizado,cuando ya en España pasamos de los dos millones de niños que pasan hambre.
Aquí,ahora hay niños que llegan al colegio helados por la falta de alimentos,sin capacidad para asimilar bien ninguna enseñanza.
Hoy es uno de esos días en los que solamente deseo maldecir a fondo a estos politicastros.
Esto no es Política,con mayúscula,es un pesebre para unos y una tumba para muchos.
Así,no,nunca.
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