Hay un cuadro de Munch titulado El grito conocido por todos.No la considero una gran obra,pero si tiene una cualidad poco frecuente,trasciende el lienzo por la intensidad de la expresividad del personaje.
Los ciudadanos europeos,España incluida,tienen ahora el triste privilegio de estar sufriendo a una de las generaciones más incompetentes,corruptas y torticeras de su historia,lo que referido a Europa ya es mérito.
Le expresividad de la sociedad va en aumento,sus protestas son cada vez más claras y efectivas,pero ante el dominio de la Ley ejercido por sus mandatarios,nos sentimos inermes ante tanta avalancha de abusos.
Nuestro poder es el voto,pero hasta que lleguen los próximos comicios,los que sean,estamos indefensos ante esta pandilla de estúpidos y desalmados que ejercen el poder sin atender ni a sus promesas electorales ni al interés de sus votantes.
Es como un torbellino,un agujero negro que engulle sin parar todo lo que esta a su alcance.
De las muchas barbaridades que vivimos,probablemente la más sanguinaria es el robo con trabuco de Hacienda.No paga el que más tiene,no existe política fiscal,no se persigue el fraude,solamente ataca a los más evidentes,aquellos que viven de un sueldo y trabajan fundamentalmente en servicios públicos,por no hablar de los que habiendo cotizado toda su vida al Estado,ven mermados sus ingresos paulatinamente,eso si,con muy buena fraseología.
Si estuviésemos en el colegio,esto supondría el suspenso automático a cualquier redacción que se hiciese en estos términos.
Lo más odioso de todo esto es el aumento del enriquecimiento de los más ricos y la falta total de sensibilidad social de la mal llamada trama empresarial.Son una trama,pero mafiosa.
Así no vamos a ninguna parte,y lo peor,esto tendría solución con otra política económica,pero ni esta ni se la espera,y a los que se atreven a proponer soluciones constructivas,se les oye atentamente y a otra cosa.
Se nos esta poniendo la cara como al personaje de El grito.
Pero no nos rendimos.
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