viernes, 25 de septiembre de 2015

LOS REPRESALIADOS DE LA DICTADURA FRANQUISTA

Hace unos minutos,de Viernes tarde,zapeaba por TV cuando vi a dos personas que valoro mucho en MVT,Miguel A.Aguilar y J.Maraña,y a un anciano que hablaba con calma y templanza de hechos brutales.
Dentro de nada se cumplen 40 años de los últimos fusilamientos de la dictadura franquista.
En aquellos días,sencillamente,no podía creer que aquello hubiese pasado,era tan horrible y trágico que no pude admitirlo.
Después la realidad se impuso,como ha dicho M.Angel,un bofetón más a los españoles por si alguno pensaba en desmandarse.
El dictador se fue al infierno poco después,y con alegría brindé por su muerte,y lo celebré como tantos,discretamente en casa, porque en aquel tiempo todo tenía oídos.
Años después conocí y tuve amistad con uno de los condenados a los que se amnistió,Mario Onaindia,persona buena,inteligente y sensible,gran persona.
La realidad seguía imponiéndose.
Hoy he visto a un energúmeno torturador escapar a la carrera por la calle del que fue mi barrio en Madrid durante muchos años,a lo mejor en tiempos me crucé más de una vez con él.
El Sr.Pérez Lara,uno de sus torturados,ha hablado con la distancia que dan los años, de lo que es ser una de sus víctimas.
Contrasta la paz que transmiten estas víctimas con la vesania de sus verdugos.
Encontré a Mario una tarde - noche de Invierno por la calle,cerca del Congreso,con su misma sonrisa de siempre e igual afecto.
Me había ido a vivir fuera de Madrid,y paulatinamente se perdía el contacto con los antiguos ambientes,pero había oído que tenía un problema de salud,y le pregunté que tal se encontraba,respondió que la mayor parte de su corazón estaba necrosado,en un primer momento pensé que se refería a la situación política,una curiosa forma de expresarlo,pero al instante caí en que le había preguntado por su salud.Me sentí tan helada como el aire que nos rodeaba,lo notó,entonces me explicó el proceso,las escasas probabilidades de vida que le restaban y lo que haría hasta entonces.
Estaba escribiendo y continuaría haciéndolo hasta que llegase la hora.
Nos despedimos sin fecha de reencuentro.
El recuerdo de los últimos asesinatos de la dictadura me ha traído a la memoria a un hombre grande como Mario,grande en ambos sentidos, también a T.Benegas y a otros que como ellos tanto se esforzaron por la causa de la paz.
Este caballero que ha hablado hoy en MVT,es en cierta forma similar, tiene esa misma tranquila serenidad de la que están forjados los héroes.
Los llevo como parte de mí.
Hoy como ayer opino que tanto sacrificio fue en buena parte inútil.porque de aquellos altos y hermosos montes,finalmente solo ha salido una endeble camada de ratoncillos pusilánimes y mezquinos.


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