La cúspide de la demagogia esta hoy en Norteamérica,encarnada en un individuo cuya capacidad craneana deja mucho que desear,su nivel intectual no es que sea bajo,sencillamente,no existe.
Pero tiene dinero,y eso significa que puede pagar a otros para que piensen por él.
La estrategia, por evidente, no deja de ser peligrosa.
Va dirigida a los empobrecidos por la última gran estafa económica,la mal llamada crisis.
No tiene argumentos constructivos que puedan ayudarles a remontar,pero si una argucia que siempre funcionó,el odio al Otro,al diferente.
Catalizar los problemas propios en estimular la agresividad hacia el exterior,es tan viejo como el mundo.
Muchas de las guerras de agresión históricas tienen origen económico,pero fueron convenientemente estimuladas por el discurso de la exclusión del Otro.
Ahí están los textos y los hechos.
Pero volviendo al interfecto,resulta ridículo que utilice el discurso típicamente nazi para rebañar votos.Norteaméricamérica es un país de arribada,de huida y cobijo de la mayor parte de los pueblos del mundo,por causa de guerra,religión,hambre,persecución y exclusión social.
Estados Unidos es la prueba palpable de que otro mundo es posible,mejor, pero,desgraciadamente,las servidumbres morales llegaron también con los inmigrantes,y esto supuso la clara demarcación de áreas sociales,las importadas, básicamente desde Europa.
Hoy,pasados ya más de tres siglos,el avance en todos los campos ha sido notable pero,siempre existe un pero,el crecimiento demográfico trae aparejado también la creación de agujeros económicos,sociales.No es fácil administrar una sociedad tan variada y extensa.
Y es ahí donde se ralentiza el proyecto,en las zonas débiles que suponen la ignorancia encapsulada,la demagogia barata y la estimulación constante del enfrentamiento entre próximos y vecinos.
Aún y así,el avance desde los sesenta ha sido constante,hablamos de los derechos sociales,tan duramente adquiridos.
Personajillos como Trump,que aúnan poder económico con mediocridad mental,ignorancia y ambición política son como un cáncer social,si no le aplicas paliativos crece y hace metástasis,y eso frena el desarrollo global hasta matarlo.
Ejemplos de la misma calaña abundan en todas partes,a vista de pájaro nos asombraría la cantidad de zonas obscuras que ensombrecen el horizonte mundial.
Trump es un buen ejemplo de lo que nunca debemos de ser.
Todos,allí y aquí y doquier somos emigrantes,en cualquier tiempo y lugar,de todas las condiciones.
El discurso de los excluyentes,además de criminal es mentiroso.
La pandemia de los muros no solamente corta ríos y agosta cosechas,mata a seres humanos o los condena a una vida sin esperanza.
Personajes siniestros como este hacen que sintamos nostalgia de la isla de los condenados en donde todos ellos debieran ser recluidos ad eaternum.
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