Por mis pistolas,era el título de una película de Cantinflas de mi infancia.
Aquí lo mismo,pero sin pistolas,ni honor ni vergüenza.
Todo vale,estamos a merced de una banda de desalmados.
No conocí al ladrón mayor de Caja Madrid,afortunadamente,hoy le he descubierto una extraña cualidad,no tiene expresión,su cara se mantiene estática hable de lo que hable,como un muñeco autómata.
Hoy también es el día de Cervantes,su genio infinito,su capacidad inagotable.
Hace unos días nos dejó físicamente Gabriel Garcia Márquez,un Imprescindible.
Atesoro su obra y su creatividad como algo milagroso,es casi imposible acumular tal cantidad de imaginación chispeante,de saber expresar y de atraer desde las primeras líneas.
Recordando, recordando, he visto en una de las estanterías un poema de John Donne que me es muy querido,no es el único que tengo enmarcado,pero si uno de los más próximos.
Son muchos los textos que me acompañan desde siempre,pero algunos lo hacen de forma casi constante.
Por todo ello he tomado una decisión sana para el espíritu,la salud física,y el descanso mental.
Durante unos días renuncio a estudiar,investigar y contrastar más datos para el análisis.
La bazofia de la que vivimos rodeados es excesiva.
Detesto de corazón a todos estos mal nacidos que el cielo confunda.
Siento el dolor,inmenso dolor que causan impunemente.Sus víctimas gritan y piden justicia,pero es inútil.
Y así un día y otro,demasiado.
La paradoja de esta situación es que cuando vuelva a leer todo seguirá igual,injusto,despreciable.
Mientras
estos engendros tengan abogados a los que pagar o sobres que repartir,todo seguirá igual.
Bueno,al menos podré releer a los clásicos y recuperar la energía que estos vampiros nos restan.
Ignoro si es lo más correcto,pero es bueno desconectar,el mundo sigue rodando y todos somos prescindibles.
Salud.
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