Con grandes dosis de sana indignación,asistimos alelados al espectáculo atroz de demonizar a una parte de la sociedad española.
Ya no se trata de hacer tabla rasa de dos artículos de la Constitución de 1978,maltrecha,si,pero de momento la única que tenemos.
Tampoco se trata de la acumulación de mentiras,tantas y tan variadas que hasta pierdes el hilo.
Hablamos de amenazar abiertamente con castigo muy grave sobre algo que aún no se ha decidido.
El gobierno central no puede saltarse la ley como quien juega a la comba,tampoco caer en el juego sucio de magnificar esta situación para ocultar los auténticos problemas,los grandes abusos que se cometen contra nuestra sociedad.
Resulta risible,si no llegase a ser trágico, el intento de provocar la elección de los canarios entre, de un lado prospecciones y petróleo= trabajo y en el otro ecologistas,respuesta ciudadana = desempleo.
Mentira descarada.
También lo es lo que intentan vender sobre Cataluña,un hecho es defender el derecho a opinar,y otro independencia y secesionismo.
Demonizar y ocultar las razones reales.
Esto es agotador,despreciable en el fondo y en la forma.
Es difícil caer más bajo.
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