Vaya por delante dos afirmaciones.No puedo opinar sobre la interrupción del embarazo,uno.Dos, una aproximación antropológica puede ser de utilidad.
En la especie humana,hembras y crias han sido protagonistas desde los orígenes,pero no siempre para bien,al contrario,han sido mucho más víctimas que culpables.
El porqué de las muertes y sacrificios,intencionados o no,parece íntimamente relacionado con su papel en la especie,reproductoras, y continuadoras del grupo o la tribu.
Hace muchos años,leyendo un libro de relatos de un autor español de comienzos del XX,en uno de ellos se contaba una historia de un solar y lo que allí acontecía,al principio no me enteré de lo que se contaba,cuando caí,era muy joven,me horrorizó lo que comprendí,fue mi primer contacto con esa realidad.
Entonces comencé a estudiar lo que aquello significaba,lo que suponía en la dictadura española y la hipócrita civilización occidental.
Intentar comprender el porqué de esta situación me ha llevado años,años en los que estudié a muchas culturas y sus diferentes ritos.
De acuerdo a lo aprendido,una certeza tengo,en el momento social y la circunstancia geográfica,hembras y crías,las tradicionales ofrendas de sacrificio,estuvieron determinados por los intereses socio-económicos de la época.Da lo mismo que hablemos de las culturas mediterráneas,que del mundo andino.Es igual que nos situemos en la Grecia doria o clásica.En el sigloXVII francés o en la Inglaterra victoriana.
Distintas varas de medir,los mismos resultados.
Durante siglos una cría no era persona,no tenía alma, si no había llegado a término la gestación,háganse idea.
Durante siglos,la mujer fue un simple instrumento en multitud de culturas.El mundo agrícola de la Diosa Madre pasó,imperó la guerra y el derecho de conquista.
Durante generaciones hemos asistido al ninguneo de los humanos por los poderes fácticos del momento,siempre minorías,pero convenientemente endiosados y hábiles con las herramientas de ataque.
Durante muchos más siglos,mujeres y niños han sido las víctimas propiciatorias en el altar de la sangre.
En menor medida los machos de la especie,resultaban más útiles para el sacrificio ritual y la mano de obra esclava.
Acabo, porque este es un tema demasiado extenso para hablar de él solo a pinceladas.
No puedo juzgar ni condenar a ninguna mujer por interrumpir el embarazo.
Si una conclusión es evidente para mí,es que de acuerdo a los intereses de los grupos dominantes,la mujer ha sido mucho más un objeto de uso que un ser humano dotada de derechos.
Hoy seguimos igual,hay que contentar a las bases sociales que votan al partido en el gobierno,tenemos elecciones el año próximo,así pues,otra vuelta de tuerca,que vuelvan las hembras a las alcantarillas,vuelven a ser objetos,no sujetos.
Moralmente no estamos legitimados para juzgar a una mujer que se someta a algo tan radical como es la interrupción del embarazo.La mujer lleva miles de años siendo la reproductora de la especie,tiene que ser espantoso enfrentarse a una decisión como esa,que contradice a su propia naturaleza.
No me puedo poner en el lugar de quien lo hace,pero tiene que ser algo horrible,y en función de esta creencia,no se puede condenar algo de lo que se ignora casi todo.
Porque esta es la realidad,tenemos tantos y tan variados motivos para la confusión,existen tantas y tantas mentiras sobre esa evidencia que, ninguno de nosotros,con un mínimo principio moral, puede condenar.
Y último pero no menos importante,como seres humanos somos dueños de nuestros actos en una sociedad libre,y ello incluye nuestro cuerpo.
La tensión que me produce escribir sobre esta cuestión es grande,pero mucho mayor es la ira y la rebelión que me lleva a desenmascarar a esta panda de sepulcros blanqueados,atentos solamente al interés del momento,sin tener en cuenta para nada el drama que oculta cada ser humano ni sus necesidades.
Una vez más,malditos sean estos detritus sociales.
Ojalá llegue pronto el día en que no tengamos que maldecir tanto a esta hez,que desaparezca para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario