Decimos que es una infamia aquello que repugna a los principios éticos,una vileza o una bajeza tal que en cierta forma conmociona.
Esto es lo que sentimos ante el espectáculo del expolio a inocentes,niños inocentes,y sus familias.
Da lo mismo quienes sean los ladrones,todos,incluidos aquellos que forman parte de grupos sociales más o menos afortunados.
Se tiene que tener la sensibilidad de una alimaña,para enriquecerse de forma planificada y sistemática a costa de los más indefensos.
Y en este grupo quedan incluidos todos aquellos que de una forma u otra les encubren,apoyan y son sus cómplices.
Porque esto es lo que son,cómplices,sin paliativos.
Y si la ley es la misma para todos,hora es de que este país comience a llamar a cada cosa y persona o personas por su nombre,también sin paliativos.
No se alcanza a entender el temor reverencial que parecen tener algunos a llamar a la verdad por su nombre,y en base a ello,obrar en consecuencia.
Este país merece algo mejor,siglos de exclusión y sufrimiento nos avalan para aspirar a una vida digna,lejos de servidumbres periclitadas y humillaciones de todo tipo.
Cierto es que la clase política no esta a la altura de las circunstancias,así que recapitulemos, es el momento de sentarse a decidir que futuro queremos para nuestros hijos,los de todos nosotros.
Es el momento de abandonar posiciones encontradas para pasar a trabajar codo con codo por el bien de todos.
El ridículo que se esta haciendo de cara a nuestros vecinos es tremendo,guiñoles incluidos.Esto parece una corrala de alcahuetes.
A ver si somos capaces de recuperar pronto nuestro orgullo.ese que tantas veces nos sostuvo en pie mientras intentaban que viviésemos de rodillas.
Esto incluye otra forma de Estado,y para los melindrosos,que no se asusten,es bien fácil engrasar la maquinaria y ponerse en marcha y,como decía el poeta"Se hace camino al andar"
Este texto no es fruto de la ira,que también,es la conclusión lógica a los tiempos que vivimos y el mundo que ya esta aquí.
En este mundo sobran totalmente instituciones superadas por el tiempo y sobradamente carentes de capacidad para llevar adelante el proyecto federal que necesitamos.
Ya basta de falacias sin fin y cuentos de Perogrullo.
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