sábado, 12 de agosto de 2017

HABLANDO DE MUJERES,UN TEXTO SOBRE LA MUJER EN EL QUIJOTE,DE MI AMIGA IRIS ZAVALA.

Siete tesis para no ser incautos  al leer El Quijote

                                                           Iris M. Zavala

                                                                    
1. Cómo leer a Cervantes:

Comencemos por lo bello, el fulgor de lo bello. Kant forjó una de las filosofías más influyentes de la modernidad. Su filosofar impuso infranqueables límites al sujeto de conocimiento. La dimensión de la belleza, la singularidad de la experiencia estética, adquiere un lugar fundamental en la Crítica del juicio. Schiller, en sus Cartas sobre la educación estética del género humano, continuó una aguda indagación del significado de lo bello, de la libertad de la creación artística pensada como el instinto del juego. En ambas estéticas, la belleza late en tanto es experimentada por el sujeto. Estamos, pues, ante una joya fulgurante, que nos conduce por los caminos de la ética.
¿Cómo leer un monumento cultural? ¿cómo interpretar cada palabra, cada giro, cada signo de puntuación si responde a otro vínculo social, a otra estructura? ¿Qué respuesta espera de mí un autor que ha resistido cuatrocientos años? ¿Cómo interpretar el mensaje ético escondido bajo de la pátina del tiempo? Más claro aún, ¿Cómo puede ser que el lenguaje tenga su eficacia máxima cuando logra decir algo diciendo otra cosa?, me pregunto con  Lacan.  Es especialmente bajo esta rúbrica del deseo, como significativos del deseo, que interpretamos. La interpretación no se acaba nunca, y decimos más de lo que queremos decir, en frase de Agustín de Hipona...
          Interpretar supone  localizar nuevas formas de subjetividad e ignorar la suficiencia del discurso acabado. No existe sentido verdadero de un texto, todo se transforma en metáfora; todo es metafórico, y en nuestra novela el lenguaje habla a sus lectores revestido de un pastiche irónico y paródico. El lenguaje  es red de conexiones que nos subjetiviza y transforma nuestras necesidades y afectos. En Cervantes las nuevas formas de subjetividad relampaguean en palabras a dos cortes, en un lenguaje amoroso que  nos conduce por los caminos de la ética. Y recorreremos el destino histórico de las nociones éticas a partir de Platón, sin duda, la referencia aristotélica, la Etica a Nicómaco es esencial.  Se trata entonces de comenzar preguntando por qué medios operar honestamente con los deseos. O, dicho de otra forma: en un sujeto ético, se tiene en cuenta el bien común.
Don Quijote  es un evento inaugural que rompe la continuidad del mundo precedente y funda uno nuevo. Dejaré de lado que Cervantes antecede a Espinoza al delinear una ética del deseo (lo desarrollo ampliamente en mi libro). Cervantes dialoga con nosotros desde nuestro ayer, y nos impulsa a ver en aquel ayer y sus síntomas los descalabros de hoy. Acción retardada, aquella que queda por un tiempo como una comprensión silenciosa, y tarde o temprano resurgirá en los discursos posteriores en el tiempo. Parafraseo a Bajtin: los tesoros del sentido cervantinos, se crearon y se recolectaron durante siglos y hasta milenios: permanecían ocultos en la lengua, no sólo en la lengua literaria, sino  en aquellos estratos del lenguaje popular que antes de Cervantes aún no se habían introducido en la literatura, en los múltiples géneros y formas de la comunicación discursiva, en las formas de la poderosa cultura popular (principalmente carnavalescas), que se iban constituyendo durante milenios, en los géneros  de espectáculo teatral (misterios, farsas, etc.), en los argumentos arraigados en la antigüedad prehistórica y, finalmente, en las formas de pensamiento.
Cervantes construía sus obras no a partir de elementos muertos, no de ladrillos, sino  de las formas ya cargadas de sentido, plenas de sentido. Y nos conduce por las vías de los   tres modos de existencia de la palabra que bordea Bajtin: como palabra neutra, que no pertenece a nadie, como palabra ajena, llena de ecos de otros, y como palabra propia, asumida por un sujeto en una coyuntura específica. En ella está contenida la entera expresividad. Así, toda actividad verbal, oral o escrita, literaria o pragmática, como una enunciación concreta dentro de un diálogo social constante y jamás resuelto.
Que hay muchas formas de leer, eso lo sabemos desde las interpretaciones de la Biblia. Cervantes se planteó esta pregunta pero, ¿le dio respuesta única? No,  pero tuvo la audacia de negar que hubiera solo una. Y si percibimos El Quijote como un texto único, se trata de hacer responder al texto a las preguntas que él nos plantea a nosotros; considerar el texto como una palabra verdadera. Y propongo una lectura de la paradoja, desde el futuro, centrada en eso loco insolente del hidalgo que desafía la muerte y nos conquista con el pudor. Aludo al futuro y a lo retroactivo y el après coup lacaniano. Propongo leer nuestro texto desde  el futuro que prefigura.  Se trata de una articulación distinta del tiempo; es este un texto privilegiado que nos permite leer el futuro creando una nueva forma de discurso –vínculo social--, inseparable de la verdad que crea.  O, dicho de otra manera, nos incita a desescribir el futuro, borrarlo y no caer en la repetición de las identificaciones.


2. Los personajes femeninos
Podrá haber mundo sin amor, pero  no hay mundo sin mujeres;  en Don Quijote hay 52, y el autor, o los autores, o los plagiarios las toman, según las indicaciones del autor supremo, una por una.  Eso, no como el universal  La mujer—que no existe--,  sino en su singularidad, y  en este novedoso tour de force  descubre la mujer nueva que decide su propio destino. Inventa a la mujer moderna, plantea, proyecta, diseña casos una por una; cada una desgrana la verdad o la ficción de su historia de amor.  Me atrevo a decir que pone a las mujeres en el diván de Freud , y lo hace con lucidez  300 años antes que Freud pusiera a Dora en el diván.  Y las deja hablar---con el bla bla bla de las mujeres nos  va descubriendo la unicidad de cada una, alejándose así de la filosofía de su tiempo y vislumbrando la que será la nuestra.
Me centraré en una, Marcela: se permite pensar, discrepar, transgredir, pero para hacerlo
 se retira a la naturaleza... Y todas aquí sabemos que aún hoy  es difícil sustentar esa postura, que se hace a contrapelo, a contracorriente; que no todas lo hacen...Nuestra pastora es moderna, en realidad es un personaje de la modernidad: podría definirse como el modelo de histérica que nace con la modernidad, que transgrede, se sitúa en la frontera, en el margen..va a contrapelo del discurso social. Nuestra pastora quiere ser libre; ¿y no es la libertad lo que persigue Don Quijote? Recordemos sus palabras: La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres (Quijote, II, 58. Y me dejo en el tintero a Teresa Sancho, a la princesa Micomicona...Un último punto: las mujeres son deseantes y amantes

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