Hace muchos milenios los seres humanos comenzaron a desplazarse por necesidades varias,pero fundamentalmente por cambios climáticos que provocaron escasez alimenticia e inseguridad física.
La interrelación entre el ser humano y el medio es tan profunda como nuestra misma composición química.
Podemos estar sin comer un tiempo relativamente largo,pero no sobrevivimos siete días sin ingerir líquidos,porque nuestro 77% es líquido,recuerdo permanente de nuestro origen,o como dice el poeta,memoria de las branquias.
Siempre ha habido y habrá desplazamientos humanos,en busca de alimento,una vida más segura y mejor o,simplemente, impulsados por necesidades varias.
Todos son nuestros abuelos,todos somos los mismos,por más barreras que intenten levantar contra la realidad circundante.
La locura criminal de grupos salvajes nos lleva a la muerte violenta constantemente,pero este hecho no puede ocultar totalmente la realidad.
Uno de los grandes placeres de estudiar Historia es el ir descubriendo olas,rios y meandros del devenir humano.
Pero mientras la ignorancia se siga sembrando como medio de dominio,el miedo como cancerbero y la brutalidad como látigo,mal lo tenemos,muy mal.
Si la Humanidad puede llegar a tener futuro,hecho más que cuestionable a la luz de nuestras miserias,ha de ser a base de reconocernos como lo que somos,seres con un común origen cuya memoria hemos de recuperar.
Algunos hechos y acciones dan esperanza,pero el empeño de los carroñeros obscurece esa luz.
Refugiados somos todos,es intolerable el tratar como apestados a aquellos que ayer fundamentaron nuestro origen.
No hay excusa,no se puede mentir más acerca de los recursos reales para la subsistencia.
Hay para todos,hay suficiente.
Solamente es cuestión de un mejor reparto,de equidad y justicia.
Lo dicen los múltiples informes y análisis económicos y sociales que circulan por los grandes organismos internacionales.
El futuro esta en nuestras manos,el cómo lo vivamos supondrá esperanza o muerte.
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