domingo, 8 de abril de 2012

PAUL KRUGMAN. PERIÓDICO EL PAÍS-OPINIÓN- 8-4-2012

...PERIÓDICO EL PAÍS,8-4-2012.OPINIÓN.
ESTO ES MUY IMPORTANTE,NOS AFECTA A TODOS.
.......Claro está que hemos tenido presupuestos irresponsables o engañosos en el pasado. Los presupuestos de Ronald Reagan confiaban en el vudú, en la afirmación de que rebajarles los impuestos a los ricos conduciría de algún modo a una explosión de crecimiento económico. A los funcionarios encargados de los presupuestos de George W. Bush les gustaba usar un cebo engañoso, quitarle importancia al coste de las rebajas de impuestos, fingiendo que solo eran temporales, y luego exigir que se hicieran permanentes. ¿Pero hay algún personaje político importante que haya basado alguna vez toda su plataforma fiscal no solo en previsiones de gasto absolutamente inverosímiles, sino en afirmaciones de que tiene un plan secreto para recaudar billones de dólares en ingresos, un plan que se niega a compartir con los ciudadanos?
¿Qué está sucediendo aquí? La respuesta, presumiblemente, es que esto es lo que pasa cuando los extremistas obtienen el control absoluto de la retórica de un partido: se tiran todas las normas por la ventana. De hecho, la extrema derecha tiene agarrado con tanta fuerza al Partido Republicano, que este se mantiene fiel a Ryan, a pesar de que está pagando un precio político importante por sus ataques contra Medicare.
Ahora bien, el presupuesto republicano de la Cámara no va a convertirse en ley mientras el presidente Obama ocupe la Casa Blanca. Pero ha sido respaldado por Romney. E incluso, si Obama es reelegido, el fraude de este presupuesto tiene consecuencias importantes para las futuras negociaciones políticas.
Tengan en cuenta que el Gobierno de Obama se pasó gran parte de 2011 tratando de negociar el llamado Gran Acuerdo con los republicanos, un plan bipartidista para reducir el déficit a largo plazo. Esas negociaciones terminaron fracasando, y ha surgido un sector secundario periodístico a medida que los informadores tratan de dilucidar cómo se ha producido el fracaso y quién ha sido el responsable.
Pero lo que hemos aprendido del último presupuesto republicano es que toda aquella búsqueda del Gran Acuerdo fue un desperdicio de tiempo y de capital político. Porque un pacto presupuestario duradero solo puede funcionar si se puede contar con que ambos partidos sean responsables y honestos; y los republicanos de la Cámara acaban de demostrar, tan claramente como cualquiera podría desear, que no son ni lo uno ni lo otro.
Paul Krugman es profesor de Economía en Princeton y premio Nóbel de Economía 2008 .
NEW YORK TIMES SERVICE 2012

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