Estado de
Palestina
Ministerio de
Relaciones Exteriores
Declaración
Política
"El
evidente fallo moral en las posiciones adoptadas por varios países no va a
disuadir al pueblo palestino ni a sus dirigentes de recurrir a todos y a cada
uno de los recursos legales y políticos disponibles para asegurar que los
responsables de los crímenes contra nuestro pueblo sean juzgados. Palestina no
escatimará esfuerzos para activar y perseguir todos los mecanismos
internacionales disponibles para lograr ese objetivo”.
A
pesar del dolor, el luto y las pérdidas, Palestina se mantiene luchando. El
pueblo palestino permanece con la frente en alto, negándose a rendirse ante la
humillación, el asesinato y la injustificada destrucción que se lleva a cabo
por el racismo y se alimenta por el fracaso rotundo de la moral y por la
irresponsabilidad internacional.
Más
de 1.036 vidas palestinas han sido cegadas; otras miles han sido heridas,
lastimadas con pérdida y dolor. Son más de 300 niños los palestinos muertos
durante la constante agresión de la ocupación israelí en la Franja de Gaza y en todo el
territorio palestino ocupado. En promedio, un niño es asesinado cada dos horas.
Se
trata de una tragedia humana que persiste. Al menos 150 cadáveres han sido
recuperados hasta el momento en la búsqueda incesante en distintos barrios
reducidos a escombros por los indiscriminados bombardeos. Las escenas de
devastación, destrucción y muerte masiva son testimonio del fracaso vergonzoso
de la comunidad internacional de proteger y defender los principios y valores
que proclama.
El
Consejo de Seguridad, en su quinta reunión durante este ataque, adoptó una
declaración presidencial sobre la situación en la Franja de Gaza. Mientras
Palestina acoge con satisfacción esta unánime petición de un alto al fuego,
considera que esta declaración está muy lejos de las responsabilidades que
incumben al Consejo de Seguridad de
proteger
la paz y seguridad internacional, así como del principio de la Carta de las Naciones
Unidas.
La
declaración tampoco aborda las causas subyacentes de esta escalada: la
persistencia de la ocupación israelí, la negación de los derechos palestinos
básicos, y la deshumanización y demonización de los palestinos a manera de
justificar la brutalidad. Ciertamente el Consejo de Seguridad una vez más
fracasa en proteger los derechos y las vidas de los palestinos de los ataques
viciosos llevados a cabo con impunidad y beligerancia por Israel, la potencia
ocupante,
El
Consejo de Seguridad tiene el deber inequívoco de frenar la agresión israelí,
así como abordar las causas subyacentes y fundamentales para esta continua
tragedia, que son, el continuo asedio inhumano, ilegal de Israel sobre la Franja de Gaza y de manera
más amplia, la permanencia de la ocupación israelí y su negación injustificada
del derecho inalienable del pueblo palestino a la libre autodeterminación e
independencia. Además, el Consejo es responsable por obligación de acuerdo con la Carta de las Naciones
Unidas, de lograr la rendición de cuentas por los crímenes a amplia escala
cometidos contra nuestro pueblo.
La
tragedia que se desarrolla en la
Palestina ocupada no es un secreto guardado. De hecho, ningún
estado puede reclamar que no es consciente del asesinato a gran escala que
Israel está cometiendo contra el pueblo palestino. Hemos suministrado los
nombres de las víctimas, las fechas de su muerte y sus edades al Consejo de
seguridad de las Naciones Unidas, a los Estados miembros y a otros actores.
La
lista es larga, desgarradora y sigue creciendo. Familias enteras como Abu Jame'
y Al-Hilou, Al-Batsh, Al-Najjar y docenas más, fueron masacrados por las tropas
invasoras israelíes; Hasta ahora, 285 miembros de familias enteras resultaron
muertos durante estos atentados. Estos hechos y las imágenes que los acompañan
deben perturbar cualquier conciencia en el mundo. Más pertinente, el no
condenar claramente las matanzas de niños y los ataques directos contra los
civiles; es nada menos que una traición a los principios de derechos humanos
bajo los cuales se fundó el sistema internacional.
La
comunidad internacional, incluyendo las Naciones Unidas, tienen obligación de
intervenir de inmediato para proporcionar protección al pueblo palestino,
detener los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad que está
cometiendo Israel en la franja de Gaza. Esto no es opcional; es la piedra
angular del derecho internacional.
Además,
mientras estos crímenes atroces continúan, Israel, la potencia ocupante,
continúa recibiendo asistencia financiera y militar que le permite y anima a
continuar llevando a cabo estos crímenes contra civiles en la Franja de Gaza.
Esta
asistencia debe estar condicionada al respeto por Israel al derecho
internacional y/o las obligaciones que conlleva; condiciones que ahora
claramente falla y no cumple. Por lo tanto, no hay ningunfundamento moral o
jurídico para que esta asistencia continúe, ya que solo le permite al ejército
de ocupación israelí asesinar a civiles.
Ante
acumuladas evidencias de atrocidades y crímenes de guerra, algunos gobiernos
siguen refiriéndose al tan mencionado llamado derecho de Israel a la
autodefensa, restándole valor a los principios de derechos humanos, que se
supone son universales. Más peligroso aun, estas declaraciones que dan crédito
a engañosas afirmaciones israelíes y la animan a seguir cometiendo sus crímenes
contra civiles inocentes.
Esas
declaraciones ignoran además, que Israel es una potencia ocupante y que su
argumento de defensa propia y otros pretextos falaces carecen de base legal
dentro de los límites del derecho internacional humanitario que Israel está
violando.
Las
normas de ocupación prohíben a una potencia ocupante iniciar actos armados
contra el territorio que ocupa y excluye el uso de “defensa propia" como
justificación de la acción militar en el territorio donde ese estado es
responsable como ocupante. Además, las acciones de Israel violan las normas
fundamentales de derechos humanos y derecho humanitario y no pueden
justificarse sobre la base de defensa propia o necesidad. Por lo cual, Israel
no puede justificar su ataque contra los civiles palestinos basado en el
derecho de defensa propia de acuerdo con
el artículo 51 de la carta de las Naciones Unidas y por lo tanto debe
actuar de acuerdo con las leyes que regulan la conducta de las hostilidades.
La
falta de respeto a estos artículos y disposiciones y juzgar a las actuales
transgresiones israelíes dentro de su contexto; es equivalente a no menos que
un aval a los atroces crímenes cometidos contra nuestro pueblo y un estímulo
para que continúe sus crímenes con descarada impunidad. En efecto, estas
posiciones socavan los cimientos sobre los cuales se fundó el sistema
internacional y elimina cualquier credibilidad del sistema de la universalidad
de los derechos humanos.
La
voluntad de la mayoría de los Estados es clara y se encuentra en contradicción
directa con la campaña de muerte y destrucción israelí contra el pueblo
palestino. Muchos gobiernos han expresado su posición, que está en concordancia
con la voluntad de sus pueblos, así como con el derecho internacional reflejado
en las declaraciones y los principios universales de los derechos humanos.
Lamentablemente,
muchos otros gobiernos han ignorado deliberadamente el derecho internacional y
los derechos humanosadoptando posiciones que directa o indirectamente, brindan
el apoyo a estas atrocidades, en contra de la voluntad de sus pueblos, que
tienen que salir a las calles en masa para exigir el fin a la agresión israelí.
Esta contradicción no es comprensible ni justificable. Otros incluso han ido
más lejos apaciguando a Israel, garantizando su protección de ser cuestionada
por crímenes de guerradocumentados.
El
sufrimiento desmedido que ha sido impuesto a nuestro pueblo por Israel, siendo
la potencia ocupante, es la consecuencia directa de décadas de fracaso de la
comunidad internacional en asumir sus responsabilidades y asegurar que el
estado de derecho, la justicia y la rendición de cuentas sean los sólidos
cimientos sobre los cuales debe construirse la paz en la región. Sin embargo, a
pesar de este fracaso y decepción, estamos seguros de que nuestra cita con la
libertad y con un futuro digno y próspero está cerca.
Además,
el desliz moral evidente en las posiciones adoptadas por varios Estados no
deberá disuadir al pueblo palestino y su liderazgo de perseguir cualquier
recurso legal o político disponible para asegurar que los responsables de
crímenes contra nuestro pueblo sean juzgados.
Palestina
no escatimará esfuerzos para activar y perseguir todos los mecanismos
internacionales disponibles para lograr ese objetivo”. El pueblo palestino está
de luto y una vez más, se prueba su fe en las normas internacionales, dada la
flagrante escena de doble moral y absoluta hipocresía. Sin embargo, este digno
pueblo no está solo. Seguirá su marcha
hacia la libertad, fortificado por nuestra unidad y por las muestras de afecto
cristalizadas por el apoyo moral de la mayoría de los pueblos que se niegan a
aceptar esas humillaciones e injusticias y están con nosotros para enfrentar las prácticas que contradicen los principios de esa
humanidad que nos une.
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