Las fosas de la dictadura son una herida abierta que nunca se cierra.
No tengo a familiares ahí,pero si conocí a otros que soportan difícilmente el que sus muertos se encuentren en agujeros ignotos y cunetas de carreteras secundarias.
Es tan indigno,tan mezquino, que faltan las palabras.
Para los medio -humanos que dicen que en Europa no pasa esto,inmorales mentirosos,bueno es recordar que en Europa y América existe un larguísimo reguero de tumbas y homenajes a todos sus muertos.
El dictador y sus secuaces lo hicieron bien,miedo a la delación,represión criminal,expolio físico y espiritual sin fin,eso fue básicamente la dictadura.
Que no la disfracen,eso es cualquier dictadura.
Acudo otra vez a la memoria para reivindicar a las víctimas y sus familias.
Continuo con otro texto del libro,ese libro que he de terminar.
En poco tiempo ya no miré solo láminas,pude leer ,y esto supuso uno de los
mayores descubrimientos de mi vida,y también mi refugio la mayor parte de
ella,ahora entendía mucho mejor lo que mi abuelo hacía,abrir puertas y
ventanas.
Tendría cuatro años,ya leía y escribía,cuando comenzaron cambios importantes,aúnque entonces no me di cuenta.
“Apareció una nueva tía,Rosa María,y su esposo,Juan.Ella era como una
muñeca china,con ojos muy rasgados y muy bonita,menuda y
sonriente.El,delgado,cetrino,casi siempre serio.Muy distintos y muy
iguales,porque era evidente que se querían mucho,se miraban mucho.
Rosa María era muy cariñosa,iba y venía,después he sabido que intentó salir
adelante con una pequeña tienda en Güimar,pero
no resultó.Tenían un gran valor y entereza porque hay que tenerlo en grandes cantidades para
superar lo que les tocó vivir.
Juan era Juez en Madrid, con una gran carrera por delante,cuando conoció a
Rosa María.Se enamoraron y se casaron pronto,creo recordar que me dijo que ella
tenía diecisiete años.Se trasladaron a Madrid, era toda una meta.Ambos eran
republicanos,se relacionaban mucho con los seguidores de la Institución Libre
de Enseñanza,en la que parte de la familia estaba directamente implicada.Juan era amigo de Julián Besteiro,a quién admiró mucho.Cuando se
proclamó la República ,continuaron
en Madrid,nada hacía prever el vuelco que estaba a punto de dar sus vidas.
En la Guerra Civil ,Juan
fue destinado como Juez militar a Guadalajra,Rosa María se quedó en
Madrid,trabajando en la ayuda civil,Juan iba y venía.
Años después,muchos años después,cuando murió el dictador,mis tíos
volvieron a España,aunque nunca se quedaron,su vida estaba en
Venezuela.Compraron un apartamento en Madrid,y allí iban a verles los
sobrevivientes de la guerra que habían compartido aquellos años,desde
enfermeros a practicantes,pasando por soldados y asistentes,muchos habían
desaparecido en el camino.Los intelectuales estaban en su mayoria en el
exilio,se reencontraron o cartearon con muchos en los años del destierro.La
popularidad de mis tios era realmente grande.
Fue en esos años,los setenta y cinco,cuando comencé a conocer la cara
oculta de nuestra historia,aquella de la que tan celosamente me mantuvieron
aislada ,en parte para protegerme,en parte para guardarse de la delación,aunque
ahora sé que determinados secretos lo eran a voces.Canarias estaba muy lejos,y
allí se vivía de forma diferente la dictadura.Había como una especie de
consenso general respecto a la
República y aún habiendo dictadura,algunos lograron pasar
discretamente por el tamíz fascista.Creo que los canarios veían más la larga
lista de agravios de” los peninsulares”,que los posibles “delitos”de algunos
criptorepublicanos.Hubo asesinatos,cárcel,represalias y expolios,pero pocos si
los comparamos con la barbarie vivida en la Península.
Esta es la historia de mis tíos,tal y como ellos la relataron y yo
posteriormente pude cotejar.
Cuando aparecieron por La
Laguna ,Juan siempre estaba en casa,silencioso,mirándo el
horizonte a través de la cristalera de la galería,sentado en una de las
mecedoras.Yo a veces me sentaba a jugar a su lado,le hacía preguntas,sobre
porque no salía ni hablaba,el sonreía,pero nunca contestaba.
Un día,Rosa Maria y él desaparecieron ,en silencio,igual que habían
venido.
Le pregunté a Mamáfina que donde estaban,y ella utilizó la palabra
clave,se habían “marchado”,ese lugar misterioso que hacía que las personas
dejasen de ser visibles en nuestra vida.Como era normal,pasaron a ocupar el
lugar donde estaban los que volverían,aunque no se supiese cuando.Es
decir,entraron en la región de mis charlas silenciosas.
Su historia es digna de un buen relato,e ilustra lo que me ocultaron tan
celosamente.
Volviendo a la guerra civil,Rosa María continuaba trabajando en
Madrid,vivía con otras amigas,y cada cierto tiempo Juan venía a verla,
En el invierno del 38,especialmente crudo,los soviéticos dominaban
Madrid,los milicianos eran grupos incontrolados en su mayoría,con la orden
expresa de hacer limpieza general de liquidar a republicanos,socialistas y
anarquistas,es decir,a todos los que no estaban bajo su bota.Los nacionales
mantenían el asedio desde el norte y la ciudad era bombardeada con
frecuencia,no importaban las víctimas civiles.
España fue el campo de ensayo general para la guerra que se preparaba.Italianos y alemanes,fascistas y názis,ayudaron,cobrando muy bien,al bando nacional.
De acuerdo con sus propios intereses,nunca en defensa de la Democracia.Gran Bretaña
y Francia se decantaron por la no alineación,forma hipócrita y cínica de apoyar
el fin de la República ,ya
habíamos superado el XIX,pero los coletazos imperiales seguían vivos.España
todavía era el enemigo a batir,y ante estos razonamientos todo valía, incluida
la degradación democrática.
No se olvide el reinado de un fascista en Gran
Bretaña y el colaboracionismo vergonzante de Vichy con la Alemania de Hitler.
Los soviéticos,el comunismo de Stalin,también cobraron muy bien su apoyo a
Anarquistas, republicanos desunidos,milicianos comunistas,tampoco.
La primera persona a quien oí hablar del asesinato de Durruti fue a Juan.
La primera persona a quien oí hablar del asesinato de Durruti fue a Juan.
La casi inexistente clase media española de la República , o fue
exterminada o marchó al exilio.La cultura se fue con ella
España,los españoles,lo pagamos con sangre durante más de una generación.Es
ahora que comienzan a desmontarse,tímidamente,los andamiajes de mentiras y
excusas.
….En Madrid,Rosa María recibió el aviso de huir hacia Guadalajara,iban a
por ella.Se vistió con ropas de soldado,el frio era tremendo,y emprendió la
marcha hacia Guadalajara campo a través.Tenían buen sistema de comunicación,y
llegaron sin problema a Azuqueca de Henares,donde le dieron refugio en casa del
antiguo sacristán del pueblo,también republicano.Era de madrugada cuando
llegaron los milicianos que le iban siguiendo la pista,como esposa de un jefe
era una pieza interesante.El sacristán había enviado al frente,por la noche,a
uno de sus hijos,para avisar a Juan,porque la situación era muy peligrosa.
Pero había prisa,no hubo juicio ni cargos,según amanecía,la pusieron
directamente frente al paredón.Rosa María decía que era mayor el frío que el miedo,se santiguó y
esperó, se oyeron unos tiros y allí llegó Juan,a caballo, con varios soldados,cual
caballero andante,literalmente sacó a Rosa María en volandas,redujeron a los
milicianos,los sacaron del pueblo,y ellos volvieron al frente.
El niño llegó justo a tiempo de informar a Juan.Le conocí años después,su
familia pasó por la carcel,pero ninguno murió,se cartearon durante muchos
años,y cuando volvieron allí estaban,
esperando a su amigo.
Antes de esto,Rosa María contaba como era la vida en
Madrid,hambre,muerte,escasez de productos básicos.En los últimos tiempos,antes
de marchar,comían mondas de patatas y otros restos de comida que cogían de la
calle,y eso que ellas trabajaban en los servicios sociales.La inseguridad era
total,podías morir en cualquier esquina,y cuando comenzaron los asesinatos
indiscriminados,sencillamente,ya no salían a la calle.
La vida en el frente no era mucho mejor,Juan contaba que su cuartel estaba
en una calle de la ciudad,en la acera de enfrente,en otra casa, estaban los
nacionales.Con la templanza que da la proximidad de la muerte,y teniendo por
enemigos a su misma gente,se producían situaciones pintorescas,tal y como
arrojarse algo de comida de una azotea a la otra,hablar en las
guardias,saludarse y a continuación dar cuatro tiros.
A pesar de la dureza,de la proximidad del fin,no había deserciones,aunque
si momentos de desesperación,porque ya todos sabían lo que les esperaba,y no
era bueno.
Cuando la guerra llegó a su fin,se corrió la voz de que los que no tenían
delitos de sangre podían ir a Madrid a entregarse,que les harían un
juicio.Ellos lo creyeron,y comenzaron a marchar hacia allí.
Los trenes,camiones y coches que iban por la llanura del Henares llenaban
el paisaje.Con la experiencia que daba historias conocidas,mi tio intentó,y lo
consiguió,hacerle llegar a un primo suyo,Toranzo,que estaba en el bando
nacional,un mensaje para que le confirmase lo que se decía.Este primo había
estado de Notario en Güimar,lo que ignoro es si esto fue antes o después de la
guerra.Ellos,como tantos,tenían familia y conocidos en ambos bandos,no era solo
cuestión ideológica,también geográfica, y a lo mejor este hecho evitó que la
matanza posterior no fuese tan grande.
Localizó a su primo y este le envió un mensaje de que huyeran hacia las
montañas de León,de donde era la familia,que no se entregasen,los mataban a
todos según llegaban.Que permaneciesen escondidos hasta que él les enviase
aviso.
Decía Juan que era una sensación muy rara ir en dirección opuesta a todos,a
través de aquella caravana,con la certeza única de que en unas horas podían
estar muertos.
Durmiendo de día y caminando de noche,comiendo hierbas y lo que podían,
escondiendose de todos,llegaron finalmente
a su pueblo,pero no pararon,no se sabía quien podía delatarlos.subieron
hasta la montaña y allí esperaron a que su primo estableciese el
contacto.Comenzaron a llevarles cada cierto tiempo algo de comida que ponían
bajo una piedra.
Vivian ocultos en el monte,junto a algunos maquis que estaban en su misma situación.El frio,cuando llegó el invierno era terrible,casi no podían moverse por la nieve, y el peligro de captura muy real.Compartían la comida que recibían y cazaban de vez en cuando algún animal que les daba algo de calor al estómago.Así durante casi dos años.
Vivian ocultos en el monte,junto a algunos maquis que estaban en su misma situación.El frio,cuando llegó el invierno era terrible,casi no podían moverse por la nieve, y el peligro de captura muy real.Compartían la comida que recibían y cazaban de vez en cuando algún animal que les daba algo de calor al estómago.Así durante casi dos años.
Al cabo de este tiempo, le envió recado de que podía entregarse,ya había
juicios.
Y a Madrid volvieron,Hubo juicio,le condenaron a muerte,gracias a su primo
le conmutaron la condena por cadena perpetua,y después de unos años de
cárcel,aliviaron la situación por prisión en casa,solo podía salir por
fallecimiento o para ir a misa.
Sin horizonte,sin futuro,volvieron a Canarias,allí
tenían donde dormir y comer.Por esto Juan siempre estaba en casa.
Esta historia es una más de las muchas tragedias de la guerra civil.
Tiene una singularidad nuestra guerra,no debió de ser poca la gente
que colaboró en ocultar y proteger a los vencidos, para que una vez
muerto el dictador fuesen surgiendo del silencio y el anonimato. Tantas
biografias ocultas,tantos sótanos,dobles paredes,cuevas perdidas.
Cárceles
clandestinas donde se mató en masa.
Unos pasaportes falsos, la llamada de sus hermanos desde Venezuela, y un
barco les permitió huir para siempre de
aquella pesadilla.
Según me han contado,Juan se escapaba de vez en cuando a Güimar,allí la
gente callaba y simulaba que no conocía la situación,supongo que esto les
alivió un poco.
Lo perdieron todo absolutamente,cuando llegaron a Venezuela,bajo la
dictadura de Pérez Gimenez,no le validaron el título ni como juez ni como
abogado.Hubieron de partir de cero,trabajando Rosa María en una joyería,y Juan
como contable y,posteriormente, empleado en la misma tienda.
En pocas líneas he resumido una tragedia,una más entre tantas otras
producidas por la guerra civil,hay más, irán saliendo.
Cuando en el 77 volé a Venezuela,su casa era un monumento a la República.Mi tío
Manuel les había hecho una casa al costo,tenía una empresa de
construcción.Estaba en una urbanización de chalets en la zona de expansión de
Caracas,la California.
La casa tenía dos plantas,la baja para alquilar,la primera como
vivienda.Nada más entrar,en un gran hall.tres paredes estaban enteramente
ocupadas por estanterias con libros acumulados durante años,todos referidos a la República y el exilio.La
biblioteca estaba abierta a los investigadores.Una mesa,estilo castellano
antiguo,ocupaba el hueco central.Allí,con sillas,papel y lápiz,se podía
trabajar e investigar sobre desaparecidos en el exilio,o episodios de la
guerra.Juan atendía y asesoraba a los que allí se acercaban,intentando conocer
el paradero de algún familiar dentro y fuera de España.
Las conexiones ocultas
dentro de España funcionaban bien.
Rosa María,una vez se jubiló,dedico su vida a la enseñanza de niños en la Parroquia de la zona.A
pagar sus alimentos e incluso vestidos.
Respecto a Juan y Rosa María si deseo hacer en este punto un
comentario.Su entereza,el humor y la distancia con la que hablaban de si mismos
me llamaba mucho la atención.Se tenían a si mismos,todo lo demás resultaba
secundario,fueron un ejemplo de lo que es ser persona.
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