Conozco a la familia Cerolo desde mi infancia,cuando Jaime,tío de Pedro, era asiduo visitante de nuestra casa.Uno de los pocos que venía,junto a D.Domingo Pérez Cáceres,a visitarnos a mi abuela Delfina y a mí.
Escribí no hace tanto sobre esto,a propósito de la infausta llegada del supuesto ministro de cultura a Tenerife,donde se le hizo el recibimiento merecido.
En aquellos años me mantuvieron ajena a nuestra realidad social y política,como ya he dicho,ser nieta de un republicano notorio no solamente es expolio y exclusión,también es soledad.
Pero fui una niña feliz arropada por muchísimo cariño en nuestra casa de La Laguna,ajena a la tragedia familiar.
Jaime González Cerolo era alegría,fiesta y simpatía,cuando él llegaba siempre traía una historia,una anécdota que contar que nos hacía reír.
Así pues,cuando conocí a Pedro,muchos años después, en Madrid,así se lo dije,él era como recuperar aquellos años,tenía la bondad y la cercanía de su tío,era inteligente y sensible.
Nos tratamos poco,dejé Madrid en el 2008,así que solamente coincidimos en contadas ocasiones en los escasos viajes de la época,me fui lejos.
Pero nos veíamos con alegría,y siempre hablábamos de quedar un día.
Nos seguimos en Twitter y pinchábamos la estrella de "favorito" muchas veces.La lejanía.
Creo que fue un hombre muy valiente,lo que ha hecho en España tiene doble mérito,porque implica alto riesgo,la caverna sigue ahí.
Su trabajo por acercar a los inmigrantes a la vida de nuestro país,a salvaguardar su identidad cultural al mismo tiempo que favorecer su integración me parece más que notable.
Ayer estaba en Madrid,salí de madrugada de casa,así que hasta la noche,cuando volví,no supe de su desaparición.
Realmente nos vamos quedando muy solos,porque cuando se marcha una persona de valía,no es solo una ,es toda su obra,su ejemplo y sus logros.
Por todo lo que hiciste,gracias,Pedro.
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